A lo largo de estas audiciones –de unos quince minutos de duración- veremos cómo el Señor se asoma a nuestra vida con el deseo de conducirnos por un camino plagado de asombros y sorpresas. Experimentaremos el estremecimiento de sentirnos amorosamente sacudidos por este o aquel pasaje evangélico que nos descolocará de nuestra prudencia humana al revolver este nuestro armario interior, en el que, desde una óptica sesgada y calculadora, cada cosa tiene su lugar fijo.
Al entrar el Evangelio en nosotros, nos quedamos expectantes, y permitimos al Hijo de Dios que ponga “su orden” en nuestro orden.