II Domingo de Adviento
(Lc 3,1-6) *!Ven Señor Jesús!* Nos unimos al grito que brota del corazón de la Cristiandad estos días: *!Ven Señor Jesús!* El gozo por la continua Venida del Señor, como nos dicen los santos, abre nuestro corazón a la Fiesta sin fin al ver que "el viaje" de Jesús al mundo es de ida y vuelta al Padre. Le oímos : *"Salí del Padre, he venido al mundo, ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre"* (Jn 16,28) Sí, volvió al Padre pero sigue estando con nosotros (Mt 28,18-20). No termina ahí la Buena Noticia de Jesús. Oigamos lo que le dice y pide al Padre para los suyos, justamente antes de encaminarse al Huerto de los Olivos, pórtico de entrada de su muerte: *"Padre, quiero que los que tu me has dado, donde yo esté, estén también conmigo y contemplen mi gloria.* (Jn 17,25) Contemplar implica participar. Pide pues al Padre que participemos de su Gloria. Vivamos el Adviento fijos los ojos en Jesús el que vino del Padre, sube hacia El, al tiempo que se queda con nosotros como Buen Pastor, para conducirnos al Padre, siguiendo las huellas celestes de su camino de vuelta hacia El. P. Antonio Pavía |
(Lc 21,25-28, 34-36)
*SOLO DIOS BASTA* Hoy comenzamos el Adviento, tiempo de espera y también de búsqueda de Dios con los ojos del corazón fijos en la celebración gozosa de la Navidad. Me llama la atención, en el Evangelio de hoy, la exhortación del Señor a velar. Es evidente que el Hijo de Dios esta más que interesado en encontrarse festivamente con todo hombre; de hecho no deja de llamarnos y atraernos de mil maneras, como vemos en este pasaje bíblico: *"Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa, cenaré con él y el conmigo."* (Ap 3,20) Hay personas que se lamentan y dicen : Yo busco a Dios pero no le encuentro. No hay que hacerles grandes discursos, basta leerles el texto anterior del Apocalipsis remarcando lo que señala Jesús: *"...Si alguno oye mi voz.."* El Evangelio es la Gran Llamada de Jesús a la Fe. Los que lo leen, escuchándole a El, no a sí mismos, no solo no quedan defraudados sino que con el tiempo entiénden porque Santa Teresa proclamó desde de lo más profundo de su ser: *!Sólo Dios basta!* |
Mc (13,24-32)
Fíate de Jesús En el Evangelio de hoy Jesús nos dice que el sol y la luna se oscurecerán, las estrellas del cielo caerán... etc. Los sensacionalistas, que siempre los ha habido y los habrá, nos marean pregonando el fin del mundo… y ya van varios siglos alertándonos. Empecemos por aclarar que Jesús dice que todo esto del sol, luna, estrellas sucederá en su propia generación y como dicen los biblistas, se estaba refiriendo, en un lenguaje cósmico, como el del Apocalipsis, a la destrucción del Templo de Jerusalén - Honor y Gloria del pueblo elegido- que efectivamente tuvo lugar en el año 70 por las tropas de Roma. Recojamos el sentido real de lo dicho hoy por Jesús: que este mundo incluido sus astros caerá y que lo único que es Eterno es… su Palabra: "cielo y tierra -el mundo visible- pasará, mis palabras no pasarán”, y aquí entramos nosotros. Jesús llamó a sus primeros discípulos en estos términos: "Yo os haré llegar a ser pescadores de hombres " (Mc 1, 16-17). Sabemos que estos primeros discípulos de Jesús dieron rienda suelta a sus ambiciones, vanidades, rencillas... le traicionaron en su Pasión. Sin embargo Jesús mantuvo su Palabra, su elección. Resucitado les reunió y les hizo llegar a ser pescadores de hombres: les envío a predicar el Evangelio de la Gracia y la Elección por todo el mundo. |
(Mc 12, 38-44)_
*La Mirada de Dios* El Evangelio de hoy nos muestra la diferencia existente entre la mirada de Dios y la de los hombres. La nuestra está condicionada por el destello de las vanidades que seducen nuestros sentidos, haciendo que toda vanidad sea " agradable a la vista" como le pasó, aunque en otro contexto, a Eva. (Gen 3,1...) Lo escribas, fariseos, etc., a quienes les gusta presentarse con amplios y vistosos vestidos y mantos son la imagen de todos los que viven esclavizados por las apariencias. Los Apóstoles no están exentos de esta seducción tan banal como ridícula. En este contexto Jesús les y nos indica cómo es su mirada. Tanto Él como los Apóstoles ven a unas personas echando sus contribuciones en el arca del Templo. Los ricos echan grandes cantidades bien a la vista de todos; otra forma de deslumbrar. En esto llega una pobre viuda y echa dos moneditas. Seguro que nadie reparo en ella, no valía la pena. Jesús sí; la miró con entrañable amor y dijo a los suyos. Está pobre mujer dio lo que tenía para vivir. Los otros que tanto os deslumbraron dieron de lo que les sobraba. Jesús, no alaba la generosidad de esta mujer sino algo infinitamente mayor: su confianza en Dios; su certeza de que Dios, su Padre, que provee la comida a las aves del cielo y que viste regiamente las flores del campo, con mucha más razón cuidaría de ella. Se llama de adulta y Jesús habla de ella: (Mt 6, 25...). _P. Antonio Pavía |
(Mc 12,28b-34)
¡Háblame Señor! Un escriba pregunta a Jesús cual es el mayor mandamiento de la Ley. Jesús le dice lo que todo israelita sabe; el primero es: "Escucha Israel, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Fijémonos que este amor incondicional viene precedido de una exhortación: ¡Escucha Israel! Es la calidad de la escucha de la Palabra la que mueve y crea en el hombre este amor sin regateos a Dios. El necio piensa que puede amar a Dios con su débil corazón y hace propósitos, promesas, etc., prescindiendo de la Fuente que es la Palabra de Dios. Palabra que debería de acoger y amar como la acogió y amó María a pesar de que lo que Dios le decía era a todas luces imposible; sin embargo se fio de Él, de su Palabra y dijo: ¡Hágase en mí! Al igual que ella, el sabio según Dios, escucha el Evangelio consciente de su impotencia para cumplirlo y por eso no promete nada, sería prepotencia prometer lo que no está a su alcance. Lo que sí hace es escuchar confiadamente la Palabra que le llama e invita al Discipulado, y con un amor diríamos infinito, consciente del poder creador del Evangelio de Jesús espera que Él, vaya cambiando su corazón hasta llegar a ser su discípulo amado. |
(Mc 10,46-52)
Día del Domund No podemos dejar de hablar acerca de lo que hemos visto y oído, dijeron Pedro y Juan a los miembros del Sanedrín que pretendían impedirles que predicaran el Evangelio que el mismo Jesús les había anunciado (Hch 4, 20). Este domingo es el día del Domund; celebramos que desde hace 2000 años, de generación en generación, miles y miles de personas rompieron sus fronteras movidos por amor a Dios y a los hombres más desheredados de la tierra para que pudieran recibir la dignidad de ser hijos de Dios (Jn 1, 12), Los misioneros no son unos héroes; son hombres y mujeres muy normales a quienes Jesús, al igual que al ciego de Jericó, abrió sus ojos para que pudieran ver que su vida llegaba a ser Vida gracias a Jesús y a su Santo Evangelio. Dueños de la Vida comprendieron que su lugar estaba allí donde Jesús no había sido aún anunciado. No, los misioneros no son unos héroes; son hombres y mujeres tan libres que pueden plantar su tienda allí donde el Señor les lleva. Y tú, si es que has visto y oído lo que oyeron Pedro, Juan e innumerables discípulos de Jesús a lo largo de 2000 años, ¿romperás tus fronteras para anunciar el Evangelio que da la Vida? |
(Mc 10,1-12)
DANOS UN CORAZON NUEVO“Moisés permitió el divorcio entre vosotros por la dureza de vuestro corazón” dijo Jesús a quienes le preguntaron acerca del matrimonio. El corazón del hombre se enquista cuando prescindiendo de Dios y su Sabiduría se erige en único árbitro para decidir lo que es el bien y el mal. He ahí la raíz del pecado original; Eva -que también representa a Adán- alargó su mano hacia el árbol llamado de la Sabiduría del bien y del mal, comió de él y encontró su fruto excelente para alcanzar sabiduría (Gen 3, 6). He ahí el gran problema de la Humanidad; regirse por su propia sabiduría tan expuesta al subjetivismo, también a las soluciones fáciles ante problemas cruciales, apelando incluso a la dignidad de las personas. La cuestión es que cuanto más prescindimos de la Sabiduría de Dios, más se petrifica nuestro corazón… llegando a considerar como normales y hasta beneficiosos inclinarse devotamente ante realidades destructivas como son el divorcio, el aborto, etc. Nuestra esperanza es que El Hijo de Dios, cumple en todo aquel que se lo pide lo que le suplicó David envuelto en un mar de lágrimas: "Señor, crea en mi un corazón nuevo" (Sl 51, 8). |
(Mc 9,30-37)
¡Convertíos al Evangelio! Una vez más Jesús dice a los suyos que será condenado a muerte pero que resucitará; una vez más sus discípulos no quieren saber nada de esto arguyendo que no le entienden. El hecho, sonrojante, es que no le entienden porque mientras Jesús les habla ellos están en lo suyo enzarzados en discusiones sobre quién de ellos era el mayor. Este Evangelio es una catequesis fortísima para todos nosotros: es imposible entender a Jesús si nuestros intereses prevalecen sobre su Evangelio, intereses que nos ponen de perfil ante sus Palabras de Vida. Los profetas no cesan de denunciar al pueblo de Israel porque aún yendo al Templo o sinagoga desprecian la Palabra que allí se proclama echándosela a las espaldas. Escuchemos a Jeremías: "Escuchad mi voz y yo seré vuestro Dios y vosotros mi pueblo... más ellos no escucharon ni prestaron oído... se pusieron de espaldas…" (Jr 7,23-24 ). Escuchemos también la denuncia dirigida por Esteban, el primer mártir de la Iglesia, al Sanedrín: "Incircuncisos de corazón y oídos, vosotros siempre resistís al Espíritu Santo" (Hech 7, 51). Señor Jesús… Conviértenos a tu Santo Evangelio. |
Mc(6,1-6)
Nos amó hasta el extremo Jesús predica en Nazaret donde había vivido; los asistentes impresionados por su sabiduría quedan impactados pero ante el hecho de que sólo es el hijo de un carpintero, se escandalizan y le rechazan. Dice Marcos que Jesús se maravilló, quedó estupefacto ante su falta de fe. Tuvo esta reacción porque bien sabían ellos, como todos los judíos, que el Mesías sería de condición humilde. Se maravilló de que tanto llorar y emocionarse en el Templo al proclamarse y escuchar la Palabra, tanto estudiarla hasta memorizarla para nada… jamás creyeron en Ella; es más, se escandalizaron de Él. La verdad es que todo Israel: escribas, sacerdotes, fariseos, doctores de la Ley... y hasta sus discípulos (Mt 26,30-35) se escandalizaron de Jesús. Todo parecía destinado al fracaso, hasta que Jesús creo el Amor perfecto que habría de renovar al hombre. Oigamos como inicia Juan la Catequesis de "La última Cena": "Jesús habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo..." (Jn 13,1-2...). Al rechazo y escándalo pueril de los hombres Jesús responde siempre amándonos hasta el extremo… un amor gratuito, creado y creador que nos convierte en Discípulos suyos. |
Mc 5,21-43)
Se acercó a Jesús y le tocó el Manto Entendemos mejor este pasaje adelantando que en Israel la sangre simboliza la vida. Vamos adelante. Una mujer sufre hemorragias profundas; ha gastado sus bienes a fin de curarse pero va de mal en peor. En esta situación límite, oye hablar de Jesús y va a su encuentro, da con Él y lo que nos dice Marcos nos sobrecoge: se le acerca por detrás toca su manto y se cura instantáneamente. ¿Milagrazo? ¡Mucho más que eso! Esta mujer representa al verdadero buscador de Dios. En la Escritura tocar el manto de alguien es atraer su alma hacia la suya. Al tocar el manto de Jesús atrajo hacia sus entrañas su Espíritu presente en su Evangelio... y esto es lo que esta mujer buscaba de Él. No fue a su encuentro por satisfacer una curiosidad ni por sensacionalismo o algo espectacular. Va buscando el Alma de su alma… pues su ausencia la deja huérfana de Vida. Bien sabía lo que quería de Jesús: la Vida que toda su fortuna no pudo comprar y que Jesús se la dio gratis. Bien podía ella escribir lo mismo que Juan: "En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba con Dios... en ella estaba la Vida" (Jn 1, 1…). |
Mc 4,35-41
En la otra orilla... Dios Hoy vemos que Jesús dice a sus discípulos que preparen la barca para ir a la otra orilla, sin especificar pueblo o lugar alguno que sería lo más lógico. Inician el recorrido cuando de pronto se levanta una tempestad tan violenta que parece que va a hacer trizas la barca; entretanto Jesús duerme. Los apóstoles aún siendo hombres de mar se ven desbordados por el miedo por lo que despertándole le dicen: “¿No te importa que perezcamos?”. Jesús se pone en pie y con su Palabra somete la furia de las olas. Sus discípulos pasan del miedo al mar al temor que sintieron tantos patriarcas, gobernadores y profetas de Israel ante Yavhé que se les presentaba. El miedo a morir ante Dios Santo y Omnipotente. Pasado el estupor se dicen: ¿Quién es este que hasta el mar y los vientos obedecen?... Sólo Dios tiene este poder. Jesús les dice y nos dice a todos que sufrimos tantas tormentas en la vida: ¿Aún no tenéis fe? Ahora se nos aclara lo de "ir a la otra orilla". Jesús, nuestro Buen Pastor está con nosotros en nuestro camino de fe que culmina en el Padre; en la otra orilla de la vida, traspasado el umbral de la muerte. En esta orilla están sus brazos de Padre para acogernos en su abrazo eterno. |
(Mc 4,26-34)
Jesús compara su Iglesia con un grano de mostaza. Es la más pequeña de todas las semillas pero crece ampliamente y da fruto abundante. Los discípulos de Jesús tenemos la tentación de deslumbrar al mundo con sus mismas vanaglorias, eso sí, barnizadas con una capa de piedad. Recogemos lo dicho por Jesús a los fariseos: "¿Cómo podéis creer vosotros que aceptáis la gloria de los hombres y no buscáis la que viene de Dios?" (Jn 5, 44). Jesús, al comparar su Iglesia con un minúsculo grano de mostaza está hablando de sí mismo sembrado en el erial del Calvario como el más insignificante y despreciado hijo de Israel. Insignificantes, también para Israel eran los que le acompañaron en su agonía: Su Madre, el Discípulo amado, María Magdalena y María de Cleofás... "No temas pequeño Rebaño..." había dicho Jesús (Lc 12, 32) y ahí estaban ignorados al pie de la Cruz. No deslumbraron al mundo representado en el Calvario por Israel y Roma, pero si deslumbraron y hasta robaron el corazón del Padre quien al llorar sobre el Rostro de su Hijo, lloró enternecido sobre su pequeñísimo rebaño a quien dio el don de ver con sus propios ojos el Nacimiento de la Iglesia del costado abierto de Jesús del que brotaron Sangre y Agua (Jn 19, 31-37). San Juan Crisóstomo puntualiza: El Agua simboliza el Bautismo y la Sangre la Eucaristía… Dios es tan... pero tan tierno que se deja robar el corazón por tantos pequeños que despreciando la gloria de este mundo… se hacen con la Gloria que no tiene ocaso; por eso son la Luz del mundo (Mt 5, 14). |
(Mc 14-16 y 22-26)
Nadie te ama como Él El Evangelio de hoy nos ofrece la Última Cena, la Eucaristía celebrada por Jesús con sus Discípulos. Hay un detalle que quiero señalar y que indica la solemnidad de la celebración Eucarística. En aquel tiempo las casas de Jerusalén eran casi todas de una planta. Las pocas de tenían dos o más, consideradas suntuosas, pertenecían a los ricos. El Evangelio nos dice que un amigo de Jesús había preparado la sala de la planta superior para la celebración Eucarística. Digo esto porque hay quienes por ínfulas de pretendida pobreza se desmarcan del criterio de Jesús menospreciando estancia, vasos litúrgicos… etc… En fin no hagamos pobreza a costa de la Eucaristía sino en persona propia. Dicho esto incido en estas palabras de Jesús : “Tomad y bebed, esta es mi Sangre derramada por muchos". Desde los albores de la humanidad el hombre ha derramado la sangre del hombre por diversas causas: Ambiciones, Sed de Dominio, Venganzas, Odios, Envidias… y así hasta hoy. Jesús cambia por completo nuestra historia nefasta derramando voluntariamente su sangre para nuestra regeneración... para que seamos verdaderas personas y no chacales en permanente acoso. Es muchísimo lo que celebramos en la Eucaristía… hoy nos quedamos con la Nueva Creación germinada por la Gracia de la Sangre derramada por El Señor Jesús: "Compraste con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación" (Ap 5, 9b). |
(Mt 28,16-20) *
*El Evangelio y la Ternura de Dios* En el Evangelio de hoy Jesús define la Misión esencial de la Iglesia: Anunciar el Evangelio por todo el mundo. Esta es la razón de ser del Discipulado. Jesús puntualiza que quienes crean en el Evangelio que se les predica, sean bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, proclamando así que son una nueva creación en Dios. Pedro dice que somos reengrendados por el gérmen incorruptible que es en sí el Evangelio de Jesús (1 Pe 1,23-25). Los Apóstoles salieron a predicar el Evangelio de Jesús conscientes de que estaban ofreciendo a los que les escuchaban la vida eterna, como vemos en este texto de Pablo (Hech 13,44-47). Bellísima la profecía de este salmista que se cumple en quienes se abrazan a la Palabra que se les predica: "Dios perdona todas tus culpas… rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura" (Sl 103,3-4). Profecía de la que da fe Jesús al decirnos que cuando el hijo pródigo volvió hacia su padre éste..."Corrió, se le echó al cuello y le cubrió de besos". Esta es la línea de salida de todos los discípulos de Jesús. |
(Jn 20, 19-23)
Un escriba que sin duda es testigo de la coherencia de Jesús, se acerca a Él y le dice que desea seguirle. Jesús aprovecha la coyuntura para decirle y decirnos a todos que las zorras tienen madrigueras, pero que Él no tiene donde reposar su cabeza (Mt 8,18-20). La cabeza en la antigüedad, simboliza la dignidad y el honor de una persona. Jesús no tuvo donde reclinar su cabeza ni al nacer ni en su muerte. Con esta respuesta al escriba abre una catequesis fortísima a todos los que desean - deseamos- ser sus discípulos. Él mismo dice enfáticamente que estamos en el mundo pero que no somos del mundo (Jn 17, 14). Amamos al mundo, de hecho somos su Sal y su Luz (Mt 5, 13-14), pero no nos asentamos en sus criterios de éxito o realización personal . El honor y la dignidad de estar con Jesús, en cuanto discípulos suyos, son infinitamente más sublimes que lo pasajero que puede darnos el mundo en el que todo pasa. Esto es Pentecostés, celebramos que uno llega a ser verdaderamente Discípulo de Jesús solo con su Fuerza y Sabiduría… dicho de otra forma: El Discipulado es una creación del Espíritu Santo. |
Mc (16,15-20)
La Ascensión de Jesús al Padre delante de sus discípulos tiene un bellísimo significado que nos llena de alegría. El Señor culmina su misión en el mundo. Recordemos que antes de su Pasión había dicho al Padre: "Te he glorificado llevando a cabo la misión que me encomendaste" ( Jn 17,4…). En su subida al Padre sus discípulos les confía - y no es que hayan dado la talla - la continuación de su misión: "iluminar a este mundo que yace en tinieblas y sombras de muerte" (Lc 1,79). Sabe que son débiles pero Él les dará su Fuerza y su Sabiduría que engendren en ellos la fidelidad que no tienen, al tiempo que les promete que jamás les dejara solos, que estará con ellos todos los días (Mt 28, 19-20). Dicho esto ya puede subir al Padre pues sus discípulos supieron - ojalá nosotros también - que su subida al Él es preludio de nuestra subida y que su victoria sobre la muerte es también nuestra victoria. |
Jn 15,9-17
Jesús dice a sus discípulos- de todos los tiempos- que ya no les llama siervos sino amigos porque gracias al Evangelio que le anuncia tienen acceso al ámbito, a la intimidad con el Padre. De hecho, les añade, el siervo no sabe nada del señor a quien sirve pues se limita a servirle sin más. Jesús dice a sus discípulos que les llama amigos porque comparte con ellos las palabras que recibe del Padre, ellas son su Fuerza y su Sabiduría para poder cumplir su misión... para, como escribe Pablo, pueda obedecerle hasta la muerte y muerte de Cruz (Fil 2,6-8). Jesús llama amigos a sus discípulos por el vínculo sobrenatural que supone la Palabra, El Evangelio compartido desde el corazón donde, como María, lo guardamos cuidadosamente. Un último punto que nos tendría que provocar un estallido de gozo: En la Espiritualidad Bíblica la palabra amigo sobre todo en este contexto de la Última Cena significa... ¡¡Mi otro yo!! Así pues allí donde hay un discípulo o discípula de Jesús está el otro yo del Señor Jesús... ¡¡Lo dijo Él mismo!! |
(Jn 15,1-8) Somos sarmientos de la Vid de Dios
"Yo soy la vid verdadera..." Así empieza Jesús el Evangelio de hoy. Es la vid verdadera cuyos frutos nos ennoblecen a todos; frutos como son el perdón, la misericordia la curación de heridas internas... etc… y como culmen inimaginable el fruto de llegar a ser hijos de Dios (Jn 1, 12). Son frutos abiertos a todo hombre y que nos anticipa ya mientras vivimos en el mundo la Alegría de la Fiesta interminable que supone estar con Dios… como Padre. No salimos de nuestro asombro, seguimos con el Evangelio de hoy, cuando oímos que dice a sus discípulos... "Y vosotros sois mis sarmientos". El Señor Jesús nos capacita para ser, para los hombres, su Luz, su compasión hacia el afligido, el abandonado, el sostén de los pobres, el reflejo de la Transcendencia gracias a la cual el hombre, primero intuye y posteriormente descubre que no es un producto más e incluso casual de la Naturaleza. Somos inmensamente débiles… aún así Jesús nos llama a ser sus sarmientos al servicio del mundo. |
(Lc 24,35-48)
Ábrenos a Ti, Señor Hoy vemos a los dos de Emaús volviendo a paso ligero a Jerusalén. Jesús, el Buen Pastor se ha encontrado con ellos y necesitan compartir con los demás discípulos está Buena Noticia. Esto nos da pie para hablar de algo que es de capital importancia o más aún la razón de ser de toda comunidad cristiana apuntando ya su esencia: la comunidad cristiana es creada por la Palabra. Fundamentamos este reconfortante postulado. La mayoría de los biblistas, ya desde la antigüedad, inciden en que Jesús no celebró la Eucaristía con los discípulos de Emaús sino que les partió la Palabra prendiendo en sus corazones el Fuego de Dios que surge de Ella. Es así como tenemos acceso a la comprensión del Misterio de Dios inaccesible a la mente desnuda, sin más. Cuando sentados a la mesa les partió el pan… les estaba dando el Pan de Vida que Jesús antepuso al pan material al decir a Satanás: "No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios (Mt 4,4). Recordemos el testimonio de los dos de Emaús: ¿No ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos interpretaba las Escrituras? (Lc 24,32). A continuación dice Lucas que fueron al encuentro de los demás discípulos para compartir con ellos la Buena Noticia, el Fuego que Jesús Resucitado encendió en sus corazones conforme les iba partiendo sus palabras. La Palabra hecha Fuego en el corazón y así, como Fuego, compartida es lo que crea la comunión en una Comunidad llevándola a su mayoría de edad, es decir al Discipulado adulto. Consciente de que la Palabra es la creadora de la comunión en la comunidad cristiana, Pablo hace esta exhortación a los discípulos de Colosas: " Que la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza, enseñaos mutuamente, amonestaos..." (Col 3, 16) |
(Jn 20,19-31)
Tomás, ¿Un caso perdido? Jesús Resucitado se aparece a los Apóstoles que amedrentados están encerrados en el Cenáculo. La Alegría y la Paz que Jesús les ha dado son inenarrables. Falta Tomás. Por más que le insisten en que han visto a Jesús resucitado se cierra en banda y hasta se permite una nota infantil y de mal gusto: ¡Tengo que ver y tocar sus heridas! Jesús que es el Buen Pastor, aparca la necedad de Tomás y va a su encuentro. ¡¡Cómo sobrepasa Jesús nuestro concepto de méritos y deméritos!! A Jesús no le importa la tozudez de este hombre, le importa rescatarle de sí mismo, de la maraña que su mente cerrada a la Transcendencia le amordaza. Jesús no va a dejarle en la cuneta y más teniendo en cuenta que un día le llamo y él le siguió; va a su encuentro le mira a los ojos... entonces el apóstol, libre para mirarle más allá de su figura humana, proclamó: ¡¡Señor mío y Dios mío!! Es la más contundente y precisa proclamación de fe en la Divinidad de Jesús que encontramos en los Evangelios. No la proclamó el Discípulo Amado, ni Pedro, ni cualquiera más cualificado sino él, el caprichoso y tozudo. ¿Algún día nos convenceremos de que el Hijo de Dios puede y quiere hacer maravillas en nosotros… tan cercanos a veces a Tomás en infantilismos y cabezonerías ? |
(Mc 16,1-7) En la Escritura la mujer representa la intuición del alma, intuición revestida de audacia amorosa. Hoy celebramos la Resurrección de Jesús, garantía de la nuestra. Recordemos que los Apóstoles, escépticos ante la proclamación de Jesús: ¡Resucitaré! creyeron que con su muerte se había desvanecido la quimera de que fuese el Hijo de Dios. Dirían fue una gran experiencia, hemos soñado algo glorioso con Él pero se impone la realidad del Calvario. María Magdalena y sus dos amigas están tan afectadas como los apóstoles pero no se rinden. Si Pablo dijo de Abraham que creyó contra toda esperanza (Rm 4,18) de estas mujeres diría que amaron audazmente contra toda lógica. Se encaminan al sepulcro sabiendo que les es imposible ver nada pues la piedra que sella el sepulcro de Jesús es enorme. No importa... ellas continúan su búsqueda, el amor por encontrarle es mayor que todos los impedimentos y temores. Al llegar dice Marcos que levantaron los ojos y vieron al Ángel que les anuncia ¡Ha Resucitado! En el Evangelio vemos que Jesús levanta sus ojos cuando habla con su Padre: (Jn 11, 41… Jn 17,1...). Es la fuerza de las intuiciones del alma, de ellas habla el filósofo Henri Bergson, la que nos mueve a levantar los ojos del mundo visible para dar con Él Invisible. Estas tres mujeres, quizás no muy letradas, nos enseñaron que las intuiciones del alma... elevan nuestros ojos al cielo hasta que encontramos a Dios.
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¡Dios mío! ¡Por qué me has abandonado!
(Mc 14,1-15,47) Con nuestro consentimiento o no, este gemido de Jesús surge de nuestro ser, de distintas maneras seamos creyentes o no y se hace oír cuando nuestra vida, incluso razonablemente bien trazada, se siente golpeada por las "leyes del tiempo"; leyes inmisericordes que van mermando y hasta desmoronando nuestras capacidades. Un día creímos comernos el mundo y poco a poco somos nosotros los "comidos" por él. El Señor Jesús se abraza a este nuestro abandono existencial, lo hace suyo y lo eleva al Padre. Despoja a las leyes del tiempo de su aparente maldición y nos abre a la Bendición de la Vida sin fin. Así es como termina este Salmo. Recordemos; empezaba con un gemido y culmina con este grito de victoria: ¡Me hará vivir para Él! (Sal 22,30). Es un canto a su y nuestra victoria sobre la muerte. Jesús agonizante vencidas las leyes del tiempo proclama su Resurrección y la nuestra. |
(Jn 11,1-44)_
*Lázaro somos tú y yo* Jesús es el Enviado del Padre para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte (Lc,1,79). El grito de Jesús a Lázaro que hace en el tumba y le resucita, resuena sin cesar en su Evangelio despertándonos de la muerte que cargamos cada día (Jn 5,25). Conocemos estos lazos de muerte que nos asfixian: fracasos, desprecios, soledades, enfermedades… etc... todo ello nos ata y necesitamos que alguien más fuerte que nuestras muertes grite… ¡Desatadlo, dejadlo andar! ¡El grito liberador de Jesús por antonomasia...! ¡Desatadlo, yo lo conduciré hacia el Padre! He ahí la misión de la Iglesia... predicar el Evangelio que desata los lazos de muerte que a todos nos envuelven. Jesús, el que deshace los lazos que nos oprimen, fue atado y conducido por los escribas y fariseos ante Pilato (Mc15,1) y este le ató, clavó en la Cruz. Se dejó atar para desatar nos a ti y a mi. _P. Antonio Pavía - comunidadmariamadrespostoles.com_ |
(Jn 3,14-21)
¿Cómo nos ama Jesucristo? En el Evangelio de hoy Jesús dice a Nicodemo: " Tanto amo Dios al mundo que entregó a su Hijo para que todo el que crea en Él, no perezca sino que tenga Vida Eterna". Dios es Amor; hablamos de un Amor indecible, más allá de todo esquema: es la entrega sin medidas. Veamos algo de este Amor único. Dios escoge a un pueblo, le habla al corazón de mil maneras, le cuida, le protege incesantemente. Israel, imagen de la humanidad herida, se aviene más o menos con Dios, cumple a su manera con Él en normas cultos rezos… pero no le ama. Hablamos de un cumplimiento con la idolatría agazapada en el corazón pronta a saltar haciendo valer su presencia cuando la Palabra leída e incluso estudiada lo requiere… La idolatría de los corazones de los israelitas saltó con saña ante el Evangelio predicado por Jesús porque les ponía en evidencia... como a nosotros, a todos. Jesús, despreciado, desechado y maldecido por su propio pueblo se dejó crucificar. Fue entonces cuando supimos cómo amó y ama Dios al mundo. Levantado ignominiosamente como el Gran Maldito en la Cruz... fijó su mirada en el Padre y le dijo... ¡¡Perdónales no saben lo que hacen!! |
(Jn 2,13-25)
El Templo de Jerusalén fue el mayor orgullo y honor de Israel, el Lugar Santo de su Gloria. Sin embargo Israel da culto a Dios con el corazón más bien vacío y como dice Isaías el culto que ofrecen a Dios es rico en los labios pero vacío con el corazón (Is 29,13). El signo visible de la ambigüedad de la piedad de Israel se hace patente a Jesús al ver el mercadeo del Templo. Su reacción nos impacta; expulsa a todos los mercaderes diciéndoles: "¡No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado!”. Al actuar así les anuncia que ha venido del Padre con la Fuerza liberadora para expulsar el mercadeo montado en nuestro corazón incluso cuando creemos que oramos. Sí, nos libera de esta tara y nos da la Buena Noticia de que Él y su Padre levantarán su Casa en el corazón de quienes guarden, como María, sus Palabras en sus corazones (Jn 14,23). ¿Podemos pedir a Dios algo más que esto?Haz clic aquí para editar. |
(Mc 9,2-8) La Transfiguración de Jesús y la nuestra
Hoy vemos a Jesús transfigurado junto a Moisés y Elías ante Pedro, Santiago y Juan. Es tal el impacto sobrenatural de estos que Pedro movido por lo que ve exclama: Señor hagamos tres tiendas... Pedro ya tiene bastante con ser testigo de la Gloria de Dios que irradia Jesús. Pobre Pedro, qué cortas sus miras frente a las que Jesús tiene sobre los suyos. Recordemos lo que dijo al Padre antes de ir al Huerto de los Olivos: "Quiero que los que me has dado estén conmigo... y contemplen mi gloria" (Jn 17,24). Que contemplen mi gloria, es decir que participen de ella, esto es lo que significa contemplar en las Escrituras. Pablo nos lo transmite magistralmente: "Jesús transfigurará nuestro cuerpo corruptible en un cuerpo glorioso como el suyo" (Flp 3,21). El Evangelio de hoy se cierra con el broche de oro de la exhortación del Padre a los discípulos de Jesús de todos los tiempos… "Este es mi Hijo amado, escuchadle". Así es, escuchemos a Jesús pues su Evangelio irradia la Gloria de Dios (I Tm 1,11)… la Fuerza de nuestra Transfiguración. |
(Mc 1,12-15) Atentos a esta exhortación de Jesús:¡Convertíos y creed en el Evangelio! No es una orden. El Evangelio es el don por excelencia de Jesús; es su Fuerza para quien cree en Él. Atentos sin embargo pues para abrazarnos al Evangelio de Jesús antes hemos de vadear el abismo del escándalo; hasta los mismos apóstoles se escandalizaron de Jesús en su obediencia al Padre al aceptar su muerte ignominiosa (Mt 26,30). Ante este escándalo que a todos nos alcanza ¿Qué podremos hacer? Podemos tapar el Evangelio con prácticas y rezos ingenuamente como si Jesús no se diese cuenta, o... mirémonos por ejemplo en Pablo. Abrumado por tanta persecución y desprecios suplicó al Señor que le librase de ellos. El Señor le dijo: ¡Te basta con mi Gracia! (2 Co 12,9) El Apóstol comprendió que la Gracia-Fuerza de Dios, siempre asociada a su Ternura (Sl 103,4), era la carta victoriosa contra el Mal y su mentor, Satanás, que Jesús había puesto en sus manos y dijo al Señor una vez más: ¡Aquí estoy! Los discípulos de Jesús no somos héroes; somos sabios que sabemos jugar con la carta ganadora que Él nos ofrece... como Pablo.
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(Mc 1,40-45) Señor: ¡Límpiame por dentro!
Un leproso se acerca suplicante a Jesús: Si quieres puedes limpiarme. Jesús que había dado primeramente su sí al Padre (Sal 40,7-9) proclama el ¡Sí quiero! a este hombre que a todos nos representa pues en la Espiritualidad bíblica la lepra simboliza la impureza interior. Impureza de corazón que se manifiesta en nuestras inconsistencias con Dios más allá de las apariencias, como frecuentemente dice Jesús respecto a su pueblo, tan cumplidor externamente. Que todos tenemos esta llaga impura en nuestro interior, lo sabemos, entre otros, por Moisés llamado por Dios para liberar a Israel. Para que no se engriese por la vocación recibida, para que viese que era igual que los demás le dijo "Mete la mano en tu pecho. Moisés la metió y estaba llena de lepra..." (Ex 4,6-7). Jesús sabía y sabe perfectamente cómo es el hombre más allá de la fachada amable que presenta; lo que tenía que hacer y lo hizo fue hacerse cargo de nuestra lepra-impureza interior y subir como el Gran Impuro de Israel a la Cruz. Allí en el Calvario nació nuestra libertad… libres quedaron sus verdugos al verle morir con su perdón en los labios… y como dice Lucas… se volvieron golpeándose el pecho impuro (Lc 23,47-49), igual que el publicano a quien tanto detestaban (Lc 18,13-14). Así es como El Señor nos limpia por dentro. |
(Mc 1,29-39) En el Evangelio de hoy nos centramos en dos puntos. El primero: Marcos resalta que Jesús no dejaba hablar a los demonios porque le conocían y esto nos llena de alegría y esperanza. Me explico; Satanás es maestro en la mentira y el engaño como dice la Escritura. Sus razonamientos son seductores, así les pareció a Adán y a Eva. El hecho es que sin la Palabra-Sabiduría de Dios en el corazón nos quedamos desvalidos ante la seducción de Satanás y le hacemos caso porque "creemos que nos conviene". El resultado es que paso a paso no somos para él más que algo desechable que termina en el trastero. Jesús, Palabra del Padre llena de Gracia y de Verdad, anula por completo la palabrería de nuestro Adversario… que esto es lo que significa Satanás. El otro punto es que Jesús se retira para orar ¿Se sirve de un manual de rezos para hablar con el Padre? ¡¡En absoluto!! Jesús reza más con el oído que con la boca... Oye al Padre, guarda en su corazón y lo predica con sus labios… Así nació el Evangelio: "... Lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que os hablo" (Jn 8,28b)
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(Mc 1,14-20)* Marcos nos ofrece la confirmación de la llamada de Jesús a Andrés y a Pedro que vimos el domingo anterior. Esta llamada encierra una Promesa que sólo Dios puede cumplir; Jesús les dice: " Venid conmigo y yo os haré llegar a ser pescadores de hombres". Jesús no les presenta ni programa ni condiciones. El Evangelio no es un manual de perfección sino el Gran Don del Señor con el que forja nuestro seguimiento y discipulado. El Discipulado no es obra humana, por muchas renuncias que te impongas, es una obra de Dios de tal magnitud que llega un momento en el que pones tu vida en sus manos… y esto no lo haces porque hayas llegado a una perfección inaudita sino porque por medio del Evangelio que vas asimilando, sin fanatismos neuróticos El alcanzará para ti la Plenitud. En definitiva uno que desea seguir a Jesús prescinde de programas, que al final los ha trazado él y deja a Dios actuar en él; le deja las manos libres para que cree en el Discipulado. Quizás el mayor problema de mucha gente aparentemente buena y hasta comprometida es que el Evangelio de Jesús es ¡El Gran Desconocido para su alma!
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(Jn 1,35-42)Leemos en este Evangelio que Jesús fijo sus ojos en Pedro y le llamó, y el noble pescador inició su andadura como discípulo suyo. Pedro no sabía que su Discipulado estaba por hacer, Jesús sí, y no le importó y esta es la garantía de quienes nos vamos abrazando al Discipulado. Las carencias de Pedro salieron a la superficie cuando tuvo que escoger entre él y Jesús… se escogió a sí mismo negándole a Él. Lo que aconteció esa noche rompe todos los esquemas de perfeccionismo inventados por los hombres... Sucedió que Jesús, atado entre soldados, se volvió hacia Pedro y volvió a mirarle como la primera vez (Lc 22,61). No hubo reproche en los ojos de Jesús sino confirmación en su llamada. Es como si le dijera… ¡Ánimo, que te estoy haciendo discípulo mío! Y ¿qué diremos de la última mirada? Fue a la orilla del mar… Jesús Resucitado ha entregado su Vida por él… y ya puede decirle… ¿Me amas? Pedro no retira sus ojos, los mantiene ante su Rostro y le responde, y ya para siempre: ¡Señor tú sabes que te amo! Así es como Jesús nos hace-crea como discípulos suyos, repitiendo la historia de Pedro. ¡Bendito seas Señor Jesús!t
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(Mc 1,7-11) Con gozo incontenible, pues nos atañe directamente, palpamos con nuestra alma este Evangelio del Bautismo de Jesús. Sabemos que su inmersión en las aguas simbolizo su muerte y su emersión, la resurrección. Al emerger de las aguas su Padre testificó ante todos: Este es mi Hijo amado en quien me complazco. Testimonio que da también acerca de sus discípulos. Los discípulos de Jesús no somos gente intachable ni extraordinaria, eso sí, llevamos en la médula del alma, como diría San Agustín, grabado su Evangelio. Al morirnos, mortales como somos, nos descienden a la tumba pero emergemos hacia Dios por la Fuerza de Salvación del Evangelio que hemos escuchado, amado y acogido (Rm 1,16). Así es; cuando muere un discípulo de Jesús, el Evangelio al que se ha abrazado, no abandona su alma y como si fuera una espada del Espíritu (Ef 6,17) rasga el Cielo… entonces El Padre, al ver en él grabado el Discipulado, abre gozoso sus brazos y exultante exclama: ¡También tú eres mi hijo amado, en ti me complazco!
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(Jn 1,1-18) ¡Déjame ver tu Rostro! Dijo Moisés a Dios. Él le respondió : "Hay un lugar junto a mi... podrás ver mis espaldas, pero mi Rostro es inaccesible"(Ex 33,18-23). Partamos con temblor sagrado estás palabras... "Puedes ver mis espaldas pero no mi Rostro". Sabemos que el Antiguo Testamento se abre paulatinamente hacia su Plenitud que es Jesús. Gracias a Él, Dios conocido de espaldas -la ley- nos va mostrando su Rostro. En su primera Carta Juan nos lo hace saber: "Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos... os lo anunciamos”; la Vida Eterna que estaba vuelta -de espaldas- al Padre se nos ha manifestado (1Jn 1,1-2). San Pablo certifica que podemos ver a Dios con los ojos del corazón (Ef 1,17-18). Falta aclarar cuál es ese “lugar" junto a “mi“ del que hablo Dios a Moisés... Nos lo da a conocer Juan… "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y..." (Jn 19, 25-27)
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*AHORA SEÑOR*
Presentación de Jesús en el Templo. Nos fijamos en Simeón, fiel israelita que esperaba la Venida del Mesías. Sabía por inspiración de Dios que no moriría sin haber visto antes al Señor Jesús. Movido por esta inspiración se dirige al Templo donde van a ser circuncidados unos recién nacidos. Simeón es un hombre de fe serio. El Espíritu Santo no le indico ninguna señal por la que podría reconocer al Hijo de Dios entre tantos niños. En él se cumple está promesa: "Dios se manifiesta a quien no le exige pruebas" (Sb 1,2). Fortalecido por esta fe entra en el Templo, se abre paso entre la multitud y al llegar junto a José y María, movido por el Espíritu Santo tomo al Niño en sus brazos y supo que Él coronaba su existencia… Exultante de gozo exclamó: "Ahora Señor ya puedo morir en paz porque te han visto mis ojos". No envidiemos a Simeón... todo el que se abraza al Evangelio de Jesús termina viéndole con sus ojos y escuchándole con sus oídos porque sus Palabras son "Espíritu y Vida" (Jn 6,6 |
(Lc 1,26-38)_
*Hágase en mí tu Palabra* La Iglesia nos ofrece hoy el Evangelio del Anuncio del ángel Gabriel a María. Sabemos su respuesta: ¡Hágase en mí según su Palabra! Su aceptación nos indica que la verdadera dimensión de la fidelidad a Dios no se mide conforme a lo que hacemos según nuestros criterios, sino acogiendo los de Dios, que fluyen de su Palabra. Cuando nuestra relación con Dios se apoya en nuestros criterios asumimos ciertos riesgos, compromisos, renuncias, etc, según nuestra generosidad. La respuesta de María supone un salto casi cósmico al decir a Dios: Hágase en mí tu Palabra. Pensemos que el creerse que el Hijo de Dios se encarnaría en ella por obra y gracia del Espíritu Santo no cabe en la mente de nadie, en la de María sí y por ello es Madre de la Iglesia, porque creyó que para Dios no hay nada imposible (Lc 1,37). También el Evangelio de Jesús transciende nuestra mente "tan pragmática". María es Madre del Discipulado porque, quien desea ser discípulo de Jesús, no adapta su Evangelio a sus miedos y mediocridades sino que desde sus impotencias le dice: Haz en mí el Discipulado según tu Evangelio |
(Jn 1,6-8.19-28)
*La alegría por tu Presencia* En este Evangelio se nos dice que Juan Bautista no era la Luz sino testigo de ella, para que por él, por su testimonio, todos creyeran en Jesús. Es muy importante esta puntualización ya que dado el poso de idolatría que el pecado original ha dejado en nuestro corazón somos dados a apegarnos, más allá de lo razonable, a santos, por supuesto reconocidos como tales por la Iglesia, dejando un poco de lado a Jesús el Enviado del Padre como Fuerza de nuestra Salvación. Entendemos ahora el grito de Juan Bautista: ¡No os fijéis en mí, dirigid vuestra mirada hacia Él! Un pastor de Jesús no busca su propia gloria, busca el bien del rebaño que Jesús le ha confiado, por eso antes de que a sus ovejas les den “tics” idólatras les dice con la misma convicción que Juan Bautista que fijen, como señala enfáticamente el autor de la carta a los Hebreos, sus ojos en Jesús el único que da inicio y plenitud a su fe (Hb 12,2). |
Mt 13,33-37)
¡VELAD Y ORAD! En este Evangelio Jesús nos dice una y otra vez: ¡Velad! No es que tengas que velar porque Dios te necesite sino porque tú le necesitas a Él. Es un velar que nos remite a la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos. Acuciado por la debilidad -en cuanto hombre- siente tal angustia ante la inminencia de su Pasión que elevando sus ojos al Padre le dice: "Si es posible, que pase de mí este cáliz...". Jesús necesita la Fuerza de lo alto para asumir su misión, es por eso que vela y ora. Fortalecido por su Padre puede decirle... “no se haga lo que yo quiero sino lo que quieres tu" (Mt 26,39). Esa es la razón por la que insiste tanto en que velemos y oremos: para poder hacer la Voluntad de Dios. Sólo con esta disposición adoraremos a Dios "en espíritu y verdad” (Jn 4,24). Solo desde la Sabiduría y Fuerza que nos vienen por velar y orar así puede alguien decir a Dios: Aquí estoy. Velar con este espíritu nos introduce en la Adoración perfecta, la que agrada a Dios, la que excava los cimientos del Discipulado. |
Mt 25,31-46
El Evangelio de este domingo no puede ser más explícito; lo que hacemos o dejamos de hacer por los demás, especialmente por los más vulnerables, lo hacemos o dejamos de hacer por Jesús, el Señor. Nos ilumina enormemente a este respecto lo que le preguntó a Pablo cuando le hizo caer del caballo: ¿Porqué "me" persigues? (Hch 9,4-5) No le dice: ¿Por qué persigues a estos hombres y mujeres cuyo único delito es que creen en mi y en mi Evangelio? Sino ¿Por qué me persigues a mí? Pablo solo acierta a decir: ¿Quién eres Señor? Jesús le responde: Soy Jesús a quien "tú" persigues. El Apóstol de los Gentiles comprendió que aquellos a quienes perseguía con tanto odio personificaban a Jesús y se rindió ante Él ,sí, se rindió ante Dios que no se avergüenza de vivir en el corazón de sus discípulos, en el corazón de los más pobres y abandonados. La inmensa mayoría de los Santos canonizados lo fueron, ayudados - indirectamente- por estos pobres y abandonados a quienes sirvieron porque en ellos reconocieron y vieron vivo a Jesús. Y como muestra de nuestros tiempos ahí tenemos a Santa Teresa de Calcuta. P. Antonio Pavía |
Mt 25,1-13 Tu Alma en Dios.Parábola de las diez vírgenes; cinco sensatas y cinco necias.
Todas portan su lámpara, que simboliza el alma, más sólo las sensatas llevan consigo el aceite que hacen posible que en sus almas prenda una "llama de amor viva", como dice San Juan de la Cruz. Nos fijamos en las necias. No se preocupan de llevar aceite, tan solo de su lámpara creyendo que ya es suficiente para "contentar a Dios". Son los que viven de apariencias, incluso su relación con el Señor Jesús. Se les cierran las puertas del banquete. Los que creen en un Dios justiciero piensan que ahí acaba todo. Pues no, esta parábola de Jesús, como todas, está abierta a la inconcebible Misericordia de Dios. Que se hayan cerrado las puertas del banquete no impide que Jesús golpee en las tuyas y si se las abres, le dejamos hablar a Él : "Mira que estoy a la puerta y llamo; quien oiga mi voz y me abra… cenaré con él y él conmigo" (Ap 3, 20). Cenaremos juntos; velada íntima que sondeamos a la luz, nuevamente de San Juan de la Cruz: "Quedeme y olvideme, el rostro recliné sobre mi Amado, cesó todo y dejeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado" |
(Mt 22, 34-40)
SOLO QUIEN ESCUCHA A DIOS LLEGA A AMARLE El Evangelio de hoy pone en nuestros oídos La Palabra por excelencia: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. No hay duda que es un pasaje que nos estremece y seduce sin embargo son tantos nuestros desvaríos internos y externos que nos viene demasiado grande. La cuestión es que la firmeza y madurez de nuestro corazón para amar a Dios incondicionalmente depende de la calidad de nuestra escucha a su Palabra. Escuchar la Palabra para aprenderla o porque no queda más remedio, “porque hay que ir a Misa ", no produce ningún enderezamiento en nuestros desvaríos y cualquier propósito de cambio de vida termina en el punto de partida de siempre. A estos quizás se les pueda decir lo que Jesús dijo a los fariseos, no para humillarlos sino para que abriesen sus oídos al Evangelio que rechazaban: “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios, vosotros no las escucháis porque no sois de Dios” (Jn. 8, 47). |
(Mt. 22,15-21) ¿A QUIEN PERTENECES TÚ?
Unos judíos provocan a Jesús sobre si hay que pagar tributo a Roma o no. Si dice que si, aprueba el dominio de Roma sobre Israel; si responde que no sería, ante los ojos de los romanos, un alborotador. Jesús pasa de la maldad de estos hombres y la aprovecha para darnos a todos una catequesis magistral. Toma una moneda y les pregunta: ¿De quién es esta imagen y está inscripción? Del César responden; les dice entonces: al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios. Al hilo de esta respuestas surge esta pregunta: ¿Y tú a quien perteneces? ¿Al príncipe de este mundo con su imagen de muerte? (Jn, 14, 30-31). ¿O a Dios? cuya imagen es VIDA. Jesús, al hablar de imagen e inscripción, se refiere a una pertenencia a Dios, en la línea de su Catequesis sobre el Buen Pastor, que es Él en la que nos dice que llama a cada de sus ovejas por su nombre. (Jn. 10, 3) Nos llama por nuestro nombre diciéndonos: “He dado mi vida por ti yo, tu Buen Pastor, te llevaré a mi Padre que es también tu Padre”. Jesús nos dice hoy, día mundial de las Misiones, que hay millones de ovejas que están esperando que alguien les dé a conocer a su Buen Pastor, y como dice San Pablo:¿Cómo lo van a conocer si nosotros no se lo anunciamos? |
(Mt 22,1-14) Muy real y actual está parábola de Jesús. Nos centramos en la primera parte. Un rey celebra la boda de su hijo y cursa la invitación a sus más allegados. Para su sorpresa, estos la rechazan aduciendo las más variadas excusas. En realidad la verdadera razón por la que estos, aparentemente allegados, declinan la invitación es que "sus cosas" son más importantes que "las cosas del rey", aunque esta vez se trate de la boda de su hijo. Esta parábola revestida con el típico estilo literario oriental nos alcanza de lleno. Nuestra adhesión al Hijo de Dios no es cuestión de palabras y más palabras por muy rimbombantes que sean. Tu adhesión a Jesús se mide según la prioridad que das en tu corazón a las cosas de Dios frente a las tuyas. Las cosas de Dios tienen un nombre: El Santo Evangelio. En fondo del Manantial de aguas vivas, que es el Evangelio de Jesús, se encuentran "sus cosas" que son perlas preciosas como la que encontró aquel buscador del que nos habla Jesús (Mt. 13, 45-46). Perlas que sólo son perceptibles para quienes buscan a Dios con todo su corazón. A estos Jesús les llama: “Pobres de espíritu”, pequeños ante los demás pero inmensamente grandes a sus ojos.
Una última cosa... en el lenguaje del Evangelio, pequeño es sinónimo de discípulo... de Jesús. |
(Mt 13,1-23) Jesús nos habla hoy de un sembrador que esparce sus semillas por sus campos.
Unos estaban descuidados, con piedras, zarzas, hierbajos..etc, de forma que todo se secaba y echaba a perder. También menciona parcelas bien cuidadas que dieron fruto en abundancia. Nuestra alma es una parcela de Dios, pero como dice San Pablo, tenemos una fuerte inclinación al mal (Rm 7,15..), inclinación que provoca que nuestra parcela se convierta en un erial, en el que acumulamos, incongruencias, mediocridades, y rezos que, aunque uno se sepa el Evangelio de memoria, no se hacen para estar a gusto con Dios sino sólo para "cumplir", ¡como si esto le importase algo a Él!... en fin, demasiados abrojos y estorbos que anulan la posibilidad de dar fruto.. . Y si esta es nuestra situación nos preguntamos: ¿Para qué intentar ser discípulos de Jesús... ¿Qué esperanza tenemos de llegar a serlo?.. La buena noticia es que nuestra esperanza es que como sucedió con Leví el publicano. (Lc 5,27-29) Jesús pasa a nuestro lado y nos dice: ¡Sígueme! Y nosotros, perplejos ante esta deferencia del Hijo de Dios, nos levantamos de la mesa, bazar de nuestros desperdicios, y le seguimos... Y al dar este paso nuestra alegría es tal, que "montamos" una Fiesta en nuestra casa. |
Exultante de gozo, Jesús eleva sus ojos al Padre y le dice: ¡Te doy gracias Padre, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes de este mundo y se las has revelado a los pequeños!.
En la Espiritualidad de la Palabra, la expresión "estas cosas" indica el Misterio de Dios. Lo cierto es que por las diversas Ciencias se puede aceptar la existencia de Dios, pero quién es, qué relación tiene contigo, qué puede hacer por tí, esto solo está al alcance de los pequeños. Estos no conocen a Dios como Ser Supremo, sino como "su Padre". Dicho esto, tengamos en cuenta que la palabra "pequeño" en la Escritura es sinónimo de discípulo, en este caso, de Jesús. Una relación así con el Hijo de Dios, nos hace extraños al mundo al que Jesús y su Evangelio tanto estorban por la Luz que tanto cuestiona a ese mundo. Bien sabe esto Jesús, .. lo vivió en su propia carne y así como Él se refugió en el Amor del Padre, nos dice a todos los que a pesar de nuestras precariedades pretendemos alcanzar el Discipulado.. ¡¡Venid a mí los que estáis agobiados y cansados... conoceréis el descanso del alma!!. El descanso del alma es una creación de Dios, no está a nuestro alcance ni al alcance de nadie.. Se trata de fiarnos del Señor Jesús y dejarle que cree en nostros.. ¡¡¡El Descanso del Alma!!! |
Mt 10,37-42
Leemos en el Evangelio éstas palabras bellísimas de Jesús a sus discípulos : "Quien a vosotros recibe, me recibe a mí y a mi Padre" (Mt 10,40). Se refiere a recibir a unas personas concretas que ondean en su corazón y en su mirada la bandera de la libertad. Son libres por el Evangelio que anuncian, libres porque son conscientes de que Jesús ha puesto sus "palabras de Espíritu y Vida" (Jn 6,63) en sus labios, libres porque mientras sean fieles al Evangelio que su Señor les ha confiado, no tienen que plegarse a nadie que les incite con favores y reconocimientos a desvirtuarlo. Son libres porque quien les envía es el Señor que ha vencido a la muerte. Al decirnos Jesús que quien les reciba es a Él y a su Padre a quien reciben, está señalando implícitamente que únicamente los que acojan el Evangelio que les predican, tendrán el corazón lo suficientemente purificado como para reconocerle a Él en sus enviados. Este es uno de los más brillantes dones que Jesús legó a su Iglesia: que haya hombres que tengan la Gracia de hablar en su Nombre y que haya personas que, reconociendo en sus rostros la Luz de Jesús, los reciban mucho más que por amistad, los reciban porque saben que reciben a Jesús y al Padre. |
(Mt 10,26-33)
Jesús acaba de decir a sus discípulos que les envía al mundo,como su Padre le ha enviado a Él: Como corderos en medio de lobos y por si fuera poco añade que si a Él que es Hijo de Dios le han llamado Beelcebu - principe de los demonios- que no esperen reconocimiento ni agasajos de los siervos de este mundo. Qué cara pondrían estos hombres ante estas palabras de Jesús, que inmediatamente les tuvo que decir : ¡No tengáis miedo! Así es, los discípulos de Jesús afrontamos el desdén e incluso el odio del mundo (Jn 15,18..) porque somos sostenidos por Él de la misma forma que a Él le sostuvo su Padre. Así es, no tengamos miedo, Él, que nos envía al mundo hostil, es también nuestro Buen Pastor, el que, como profetiza el salmista, conforta nuestra alma en toda prueba y sufrimiento (Sl 23). Nos conforta como confortó a sus apóstoles que allá por donde fueron les sobrevinieron violencias encarnizadas que terminaron arrancando sus vidas... y su mayor alegría fue que si años atrás no pudieron dar la vida por Jesús a causa de su debilidad, ahora, llegado su momento, la pudieron dar; supieron entonces que Jesús estaba con ellos, fortaleciéndoles, como se lo había prometido antes de su Ascensión al Padre (Mt 28,18-20). Su victoria terminó de sellarse cuando experimentaron que podian ofrecer sus cabezas a sus verdugos impulsados por una fuerza que no era de este mundo: ¡¡La Fuerza de Dios!! . Solo desde una experiencia así, podemos entender sin fanatismos eso de : ¡No tengáis miedo! |
(Jn 6,51-58) Fiesta de la Eucaristía. Quizás no hemos reparado en que en la Noche Santa en la que Jesús instituyó este Sacramento en el que se nos dio como comida y también como Presencia permanente sus apóstoles en una actitud deleznable se pelearon,una vez más,delante de Jesús por eso de quién era el más importante de ellos ( Lc 22,24) Aún así Jesús se entregó a ellos y al mundo entero como Pan de Vida.Nos vemos asaltados por un estupor desbordante. Estos hombres se preocupan más de sus espureas ambiciones que del Hijo de Dios que se está haciendo Pan de Vida y Presencia Viva para ellos. Nos impresiona que Jesús no de marcha atrás...claro que no la dio,bien sabía al venir al mundo que todo hombre lleva en sí las heridas provocadas por el pecado..y que estos hombres son como todos están condicionados y mermados en su humanidad a causa de sus pecados a quienes sus pecados que tantas heridas internas provocan.Tambien sabe que ,y esta es nuestra esperanza,cuando de su Vida por ellos y len envié su Espíritu Santo,de sus ridículas ambiciones no quedara ni rastro.Eucaristia Fiesta del Amor,recordamos entre muchas cosas más que 11 hombres impresentables e infantiles..fueron a su tiempo las columnas de la Iglesia de Jesús.
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(Jn 3, 16-18)
Dice Jesús, que: "tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo para que todo el que crea en Él, tenga Vida Eterna". Un primer soplo, que oxigena mi alma ante estas palabras, me lleva a San Pablo. Tras toda su vida de mentira tras mentira y violencia tras violencia a causa de su fanatismo farisaico, parece como si abstrayéndose del mundo, en cuanto macrocolectividad, y mirándose a sí mismo, cayese otra vez en tierra, acertando apenas a balbucir : ¡Me amó y se entregó por mi ! (Gal 2,20). Le cuesta creérselo, necesita repetírselo a sí mismo: ¡Por mí, por mí, se entregó por mí! Cuando alguien viene a saber, como Pablo, que aunque haya hecho lo indecible, el Hijo de Dios se entregó a la muerte, la más ignominiosa posible, por amor a él, la conversión está servida en bandeja. Eso fue lo que le pasó a Pablo, cuando comprendió que su vida había tenido más valor que la de Jesús la cual fue por completo devaluada en el Calvario, porque se dejó entregar. Desde entonces se abrazó incondicionalmente a la única pasión con sello de inmortalidad que nos es posible vivir en la tierra: la pasión por Jesús y su Santo Evangelio, que Él mismo proclamó inseparables (Mc 8,35). Ante esto, no olvidemos el grito desgarrador de nuestro amigo: " ..¿como creerán los hombres en el Evangelio si no son enviados? (Rm 10,15). |
(Jn 20,19-23) Nos dice el Génesis que la serpiente era el animal mas astuto.. Diréis que qué tiene que ver esto con El Espíritu Santo; tiene que ver con el don de la Sabiduría. Satanás con su astucia instó a Adan y Eva tras otra sabiduría (Gn 3,1-6). Sembró y sigue sembrando en el hombre su astucia y éste, en su necedad, la llama sabiduría. El problema es que, por esta astucia, medramos con engaños, calumnias, murmuraciones, intrigas.. etc a costa de los demás; la siembra del mal está servida. Dios, compadecido de nuestra dependencia de esta astucia ponzoñera, encarnó por medio de su Hijo su Sabiduría entre nosotros.. Pablo llama a Jesús: Sabiduría del Padre (1 Co 1,24). Ahora te toca a tí escoger entre la Sabiduría de Dios, se llama Evangelio de Jesús, o la Astucia satánica. La Sabiduría de Dios nos hace amigos suyos.. y sobretodo... dejemos que la misma Escritura nos lo diga: "..Considerando en mi corazón que se encuentra la inmortalidad en emparentar con la Sabiduría... busqué por todos los medios la manera de hacerme con ella" (Sb 8,17-18).
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( Mt 28,16-20)
Antes de abordar el texto de Mateo, veamos cómo describe Lucas la Ascensión de Jesús. Dice que mientras iba subiendo al Padre bendecia a sus discípulos. Tengamos en cuenta que etimológicamente bendecir en términos bíblicos significa decir algo bueno sobre alguien.. y Dios hace lo que dice (Ez 37,14) . En este sentido, Jesús al subir al Padre está dejando a sus discípulos el Evangelio como herencia; el Evangelio que es la Plenitud de la Bendición sobre el hombre. Es la Bendición que alcanza nuestra alma llenándola de palabras de "Espíritu y Vida" (Jn 6,63). Quien las acoge y se hace con ellas está en disposición de relacionarse con Dios "de espíritu a Espíritu" inmensamente superior a nuestro cara a cara. Con este don, con la Bendición de Jesús en todo su ser, los discípulos de Jesús recorren el mundo entero sabiendo que ofrecen a los hombres que así lo deseen las riquezas divinas : el Evangelio de la Fuerza y Sabiduría de Dios como diría el Apóstol Pablo (1Co 1,23-24). Todo esto es el Evangelio de Jesús, la Bendición de todas las bendiciones. Y...el Evangelio es el cumplimiento de la promesa de Jesús a sus discípulos al subir al Padre: "Sabed que estoy con vosotros hasta el fin del mundo" |
(Jn 14,15-31)
Jesús dice hoy a sus discípulos, de todos los tiempos, que el mundo no puede recibir el Espíritu de la Verdad y es así porque Satanás, su príncipe, es padre de la mentira (Jn 8,44). Me dejo iluminar por Carlo Acuti, adolescente italiano que subió al Padre en el 2006 y cuya causa de beatificación está muy avanzada.Uno de los legados más bellos,según mi parecer,que nos legó a todos los que buscamos a Dios es este: "Todos nacemos como originales pero muchos mueren como fotocopias". Creo que es esto lo que marca la diferencia entre los hijos de la Verdad y de la mentira.A quienes buscan a Dios con corazón firme el Espíritu de la Verdad les conduce e impulsa con tal fuerza hacia el Evangelio que este hace resplandecer en su alma el diseño original con el que vinieron al mundo.Su bellísima originalidad es palpable a todos los que les rodean.Cada discípulo de Jesús manifiesta su propia originalidad... no están hechos en serie.Por su parte el príncipe de este mundo solo puede hacer personas- fotocopias opacas y grises como su propia existencia. |
(Jn 14,1-12)
Leemos la llamada de Jesús a sus discípulos tal y como nos la relata Marcos: "Escogió a Doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar". Fijémonos que lo primero que señala es: "... para que estuvieran con Él..." Esta llamada de Jesús a estos hombres para que estuvieran con Él , es la respuesta de Dios a tantos fieles israelitas que, como este salmista, manifestaron su deseo de estar con Dios: " Para mí, mi bien es estar junto a Dios" (Sl 73,28). Jesús, recogiendo este deseo, llama a sus discípulos para estar con Él...y lo lleva a su plenitud traspasando con los suyos el Abismo de la Muerte. Esto ya lo habia apuntado aquel otro salmista que, inspirado por el Espíritu Santo, escribió: "El Señor culminará su obra conmigo" ( Sl 138,8) .... ¡Sí!, tendrá poder para culminar el deseo de todo fiel de estar con Dios por siempre. Pues bien, Jesús, Hijo de Dios, proclama en el Evangelio de hoy que va a realizar este deseo de todo hombre fiel, de vivir, estar con Dios eternamente; lo dice a sus discípulos.... y en ellos cabemos todos los que hemos hecho opción por la Vida Eterna. Oigamos a Jesús a punto ya de entrar en su Pasión: "Voy a prepararos un lugar, volveré y os tomaré conmigo para que donde yo estoy -en el Padre - estéis también vosotros" |
(Jn 10,1-10)
El Evangelio de hoy nos habla de Jesús El Buen Pastor. Bebemos de uno de los manantiales que brotan de este pasaje y vemos que la calidad de nuestra escucha de la Palabra es correlativa a la intensidad de nuestra búsqueda de Dios.La Escritura nos dice que una persona encuentra a Dios cuando al buscarle con todo su corazón y toda su alma aprende a escuchar su Voz (Dt 4,29-30) Esto nos dice tambien el Evangelio de hoy.Jesus vino al mundo,representado en el redil de las ovejas,llama a las suyas,las que reconocen su Voz,las saca del redil y éstas le siguen..¿Adonde?..al Padre (Jn 17,24). Jesús dice que sus ovejas le siguen porque conocen su Voz, es decir que tienen sabiduría para reconocer la Vida Eterna en sus palabras. Los extraños también tienen voz pero hablan en su propio nombre no en el nombre del Padre como Jesús (Jn 5,41-43).Los que hablan en su propio nombre, por muy ilustrados que parezcan..ni sacan a nadie del redil ni ellos mismos pueden salir. Están cercados en y por sí mismos. |
Lc 24,13- 35 Jesús sale al encuentro de dos de sus discípulos que han salido de Jerusalén hacia Emaús,una aldea cercana. Están molestos,incluso discuten entre ellos,ni siquiera saben lo que les pasa,han dejado la Comunidad dando un portazo; o quizás sí lo saben pero como nos pasa a todos,echan la culpa a los demás.Jesus se acerca a ellos y no le reconocen porque "sus ojos estaban retenidos"..ahora sabemos dónde está el problema.En la Espiritualidad bíblica uno tiene los ojos retenidos para conocer a Jesús cuando previamente ha cerrado sus oídos a su Evangelio.Estos dos discípulos le habían oído decir repetidamente que sería llevado a muerte de cruz y que resucitaría al tercer día. No le creyeron, por eso sus ojos tampoco pudieron reconocerle cuando como Buen Pastor fue a su encuentro. En su caminar..les partió la Palabra..se quedó con ellos a cenar y.." se les abrieron los ojos y le reconocieron. Esto es lo que hace Jesús nuestro Buen Pastor con los que le buscan con corazón sincero..les da pistas de su presencia hasta que le reconocen
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( Jn 20,19-31)
El Evangelio de hoy, empieza diciéndonos que los Apóstoles estaban en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Evidentemente temían represalias de parte de los dirigentes, pues bien sabían que eran discípulos de Jesús y la noticia de que éste, según algunas mujeres, había resucitado, corría de boca en boca creando así una animadversión hacia ellos. A esto se añade que no se las tenían todas consigo respecto a Jesús, pues aun siendo verdad que había resucitado, le habían abandonado en su Pasión. Unos miedos así, solo se superan con la Paz que viene de Dios y esto fue lo que sucedió; Jesús Resucitado se presenta en medio de ellos y les dice: La Paz con vosotros... es la Paz que no puede dar el mundo pero el Hijo de Dios sí. Les da la paz, su Paz, y les envía por el mundo para que lleven a todos los hombres El Evangelio de la Gracia y del Perdón.. y les dice: no tengáis miedo, Yo he vencido al mundo (Jn 16,33). Se fiaron de Él, tanto que también ellos vencieron al mundo (1Jn 5,4). |
Mt 28,9 Domingo al amanecer; dos mujeres, María Magdalena y la madre de Santiago, se encaminan presurosas al sepulcro. Quizás ni ellas mismas saben bien porqué van, pues han visto con sus propios ojos morir a Jesús y también cómo después fue enterrado en un sepulcro de piedra que además está custodiado por unos guardias que no están para cuentos. Aun así van hacia el sepulcro; aún resuena en sus corazones la de veces que atestiguó: ¡Resucitaré al tercer día! Van hacia allí pues quieren saber de una vez por todas si Jesús era el Hijo de Dios o solamente un iluminado como muchos otros. Sabemos la respuesta.. ¡Le vieron resucitado!. Hay un detalle importantísimo en este Evangelio.. Jesús sale al encuentro de las dos mujeres y éstas abrazándose a sus pies, le adoraron.. Es un detalle que se nos ilumina con estas palabras que Jesús dijo a Felipe durante la Última Cena : "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie va al Padre sino por mi"(Jn 14,6). Los pies, en la Escritura, simbolizan el Evangelio; al abrazarse estas dos mujeres a sus pies están adhiriéndose a Jesús, Señor y Buen Pastor que les va a conducir al Padre con su Santo Evangelio.
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(Mt 26,14-75 ; 27,1-66) Hoy celebramos la Pasión y Muerte del Señor Jesús. No es que le mataran porque se encarrilaran mal las cosas, sino que ofreció libremente su vida, como lo dejó bien sentado: "Nadie me quita la vida yo la doy voluntariamente.Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo" (Jn 10,18). La entregó para que todo hombre tuviese acceso a la Vida. ¡Qué impacto tuvo que tener Pablo ante esta entrega de Jesús que como fuera de sí, nos dijo : "...Me amó y entregó su vida por mí.." ( Gal 2,20). Este "..se entregó por mí" que traspasó a Pablo, nos alcanza a todos. Jesús no establece un baremo de méritos para decidir quién es digno de la Vida y quien no. Prueba de ello es que el último en el baremo o escalafón de Israel, que era Barrabás, salvó su vida a costa de la condena a muerte, repito voluntariamente aceptada, de Jesús... toda una declaración de intenciones que indica que nadie está perdido para Jesús el Señor. Bien dijo que había venido al mundo para que todos, incluído Barrabás, "..tuviesen vida en abundancia" (Jn 10,10).. ¡LA VIDA!
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(Jn 11,1-45) Hay dos formas de andar por la vida: en círculos, más o menos amplios, pero círculos que por más que se coloreen son repetitivos y por tanto cansinos. La otra forma es ir hacia nuestro Padre de la mano del Buen Pastor. No está en nosotros la capacidad sin más, de ir hacia Dios, alguien tiene que venir a nuestro encuentro y guiarnos. Alguien, el Señor Jesús.
De esto nos habla el Evangelio de hoy en el que Jesús resucita a Lázaro. Entre las muchas vertientes catequéticas, nos quedamos con ésta en la que Jesús dice a los amigos de Lázaro recién salido del sepulcro: ¡Desatadlo y dejadle andar! ..Ya puede encaminar su vida hacia su Padre. Bien conoce Jesús las ataduras que nos amarran a esos círculos agobiantes que terminan por cerrarse contra nosotros. Al igual que a Lázaro nos desata de ellas y Él por su parte queda atado a la Cruz con la violencia de unos clavos. Pedro lo describe así: Habéis sido rescatados... no con oro ni plata, sino con la Sangre preciosa del Cordero inocente, Jesucristo (1 P. 1,18-19). |
Jn 9,1-41 Isaac recibió de Dios la bendición-elección dada por Él a su padre Abraham. Con la bendición en su alma, se estableció junto a un pozo en una localidad llamada Lajay ROI que significa: El Viviente que me ve, nombre que nos permite entender mejor el Evangelio de este Domingo en el que Jesús da la vista a un ciego. Asi empieza: Al pasar Jesús vió a un ciego de nacimiento.. Jesús es el Viviente que ve los sufrimientos y pesares de este hombre a merced del Príncipe de las Tinieblas..a todos nos representa este ciego. Jesús se le acerca y toma un poco de barro, signo de la precariedad de nuestra vida y lo mezcla con su saliva, le pone el empaste en los ojos y le dice que vaya a lavarse; volvió ya viendo. La saliva es imagen de la Palabra, de hecho un hombre que no segrega saliva no puede hablar. Cuando el hombre deja que Jesús le abra los ojos es cuando ve que el proyecto de vida que tiene sobre él está libre de horizontes y límites. Jesús es el Viviente que nos ve, no para vigilarnos, sino para protegernos y cuidarnos de visiones opacas que nos hacen tan pequeños como la muerte.. y es que el Viviente que nos ve, venció dos muertes: la suya y la tuya.
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Jn 4,14-42) Dios concede, a quien le busca, la Espiritualidad de la Palabra, fundamento del Discipulado.
Ella hace que cualquier pasaje del Evangelio, o un Salmo, etc.. se nos abra al corazón con manantiales nuevos de los que jamás hemos bebido. Lo contrario, es ir a estos mismos textos con la autosuficiencia de que "te los sabes" y entonces Dios cierra los innumerables manantiales que fluyen en su interior. En el Evangelio de hoy, Jesús dice a la Samaritana.. ¡Si conocieras el don de Dios!,.. El don de Dios es tener acceso a sus Manantiales ocultos en su Palabra... solo los Pobres de Espíritu los encuentran y estos Manantiales les empujan para encontrar el lugar donde dar de este agua de Dios a los demás. Tengamos sed de estos Manantiales y para ello hagamos nuestra la súplica del Salmista: "Dice de Tí mi corazon busca mi Rostro, tu Rostro buscaré Dios mío (Sl 27,8). De eso se trata, de buscar el Rostro de Dios que resplandece en su Palabra. |
(Mt 17,1-9) Cuando Israel culminó su travesía por el desierto y llegó al monte Sinaí, Dios le dijo: habéis visto como os he traído hacia mí sobre alas de águila cumpliendo así lo que os dije por medio de Moisés. Asi pues si escucháis y os fiáis de mis palabras, seréis mi pueblo.(Ex 19.4-5).
En el Evangelio de hoy vemos que Jesús se transfigura ante Pedro, Santiago y Juan. Es un anuncio-promesa de nuestra propia transfiguración después de nuestra muerte, como nos dice Pablo (Fil 3,20-21). Nos centramos en Pedro...nuestro amigo quedó tan estremecido al ver a Jesús radiante de luz que apenas acertó a decir.. ¡Señor haré tres tiendas para Tí, Moisés y Elías. Quizás con lo que ya estaba viendo ya le parecía bastante.. a el sí, pero no a Dios, que de lo alto hizo resonar su Palabra diciendo: ¡Escuchad a mi Hijo, Escuchadle! En su Evangelio encontraréis a las alas del Espíritu Santo que os traerán hacia mí. Es cierto; la muerte no tiene la última palabra sobre los que escuchan y graban el Evangelio en su corazón y en su alma. Y..¿Que hemos de hacer para que las palabras de Jesús habiten en el corazón y el alma..? Pues escucharlas desde la convicción de que son el Tesoro de todos los tesoros..y es que ellas nos enseñan a estar con Dios..como hijos, no como siervos. |
(Mt 4,1-11) Finalizado su ayuno en el desierto, Mateo nos dice que Satanás tentó a Jesús tres veces. Nos fijamos en la primera: Haz que estas piedras se conviertan en panes. Parece una tentación trivial sin embargo es muy desestabilizadora. Normalmente Satanás no nos tienta cuando estamos en la cresta de la ola, satisfechos con nuestras metas razonablemente alcanzadas, se aprovecha cuando estamos mal, de bajada, cuando asoman grietas en nuestros pedestales, en definitiva, cuando se hace presente el desierto de la insatisfacción. Es entonces el momento de decirnos a nosotros mismos: No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Jesus, Hijo de Dios, es el Pan Vivo enviado por el Padre. Su Evangelio es el Pan de la Palabra lleno de Vida y Espíritu (Jn 6,63) que alcanza su plenitud en el Pan Eucarístico. Ambos, el Pan de la Palabra y de la Eucaristía nos capacitan para adorar a Dios en Espíritu y Verdad (Jn 4,24
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No os resistáis al mal, nos dice hoy el Hijo de Dios,... frente a insultos, agravios y desprecios, responded haciendo el bien. Jesús pasó por el mundo haciendo el bien, dijo Pedro al centurión Cornelio que quería ser cristiano (Hch 10,38). Pedro hablaba así desde su propia experiencia: despreció a Jesús, jurando que no le conocía, en su Pasión porque quizás, no su vida, pero sí su reputación social, estaba en juego. Jesús, que tiempo atrás le había dicho: ..tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (Mt 16,18), no tuvo en cuenta este desprecio. Una vez resucitado, fue a su encuentro y confirmó la elección que había hecho diciéndolole: "Apacienta mis ovejas..." Así le traspasó su título de Buen Pastor reflejado en el Salmo 23. Hacer el bien al que te odia, aparte de frenar el mal en seco, es fuente de alegrías eternas en el corazón pues quien así actúa es consciente de que Dios ha hecho posible lo que es imposible a su condición humana.
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Reflexiones al Evangelio del Domingo VI T. Ord. Ciclo A (Mat 5,17-37) 16_02_2020
Podríamos resumir el Evangelio de hoy, a esta exhortación de San Pablo: "La letra mata, sin embargo el Espíritu vivifica" (2 Co 3,6). Nos quiere decir que nadie puede cumplir el Evangelio en cuanto código escrito, pero sí con la Fuerza del Espíritu que aletea en sus páginas. Intentar cumplir el Evangelio buscando ser perfectos así sin más, significa no haber entendido el Don que nos ha traído la Encarnación del Hijo de Dios. Hemos de acoger el Evangelio como dice San Agustín, con el amoroso deseo de concebirlo en la médula del alma. Jesús vino a llenar la Palabra de Plenitud, esto es lo que significa en la espiritualidad bíblica el verbo cumplir y esto es lo que Jesús nos ofreció cuando al morir grito ¡Todo está Cumplido! y a continuación entregó su Espíritu (Jn 19,30). No podemos ir al Evangelio con ínfulas farisaicas, creyendo que está a nuestro alcance y que solo genera personas que viven de apariencias o fanáticas. Hemos de ir al Evangelio, con la debilidad en nuestras manos pero también con tanto Amor y Pasión por nuestro Buen Pastor, que Éste abrigue nuestras carencias con su Fuerza. |
Hoy celebramos la Presentación de Jesús en el Templo. Lucas nos habla de un anciano llamado Simeon de quién nos dice que " esperaba la consolación de Israel," es decir al Mesías. Simeon que un poco como Abraham espera contra toda esperanza representa a todo buscador de Dios.No le busca para adornar su vida más o menos satisfactoria sino porque como nos pasa a todos,por su corazón vagan preguntas huérfanas de respuestas que le inquietan.Tambien dice Lucas que el Espíritu Santo había revelado a Simeon que no moriría sin antes ver con sus ojos a Jesús,la Respuesta a sus inquietudes.Con esta esperanza y como diría Henry Bergson impulsado por las intuiciones de su alma va al Templo.Se encontraría con no pocos niños para ser también presentados por sus padres.Sin embargo los ojos de Simeon se fijan en Jesús a pesar de que no lleva distintivo alguno.El anciano lo toma en sus brazos y alborozado exclama: Ahora Señor ya puedo morir en paz porque mis ojos han visto a mi Salvador.Exulto de gozo..no era para menos..! Había encontrado la Vida! (Jn 14,6)
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Jesús pasa junto a Andrés y Pedro que estaban pescando y les dice: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres; ellos dejando las redes le siguieron. El verbo empleado, "hacer", es el mismo utilizado en el libro del Génesis en cada creación de Dios; también al crear al hombre:
"Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" (Gn 1,26). Señalo esto, para que sepamos que cuando Jesús está anunciando a Andrés y a Pedro que les hará pescadores de hombres, les está prometiendo El Discipulado como creación suya por medio de su Evangelio, lleno como está de su Fuerza y Gracia creadora. Llegar a ser pescadores de hombres es decir discípulos de Jesús no es cuestión de marcarse propósitos. Llegan a serlo los humildes de corazón -no de boquilla- en quienes Dios trabaja a gusto con su Fuerza. Oigamos al Apóstol Pablo que, embargado por la emoción, escribe: "Llevamos este tesoro -El Discipulado- en vasijas de barro, para que todos vean que una fuerza tan extraordinaria viene de Dios y no de nosotros" (2 Co 4,7) |
Leemos alborozados la forma como Juan Bautista presenta a Jesús a Israel: "Ahí tenéis al Cordero de Dios que carga con nuestros pecados...".
No está anunciando que vaya a purificarnos exteriormente, sino en lo profundo de nuestro ser, ahí donde, como dice Pablo, el pecado engendra gangrena y muerte anímica (Rm 6,23). Es el pecado en general que nos encorva el alma, doblegando nuestra mirada hacia el suelo como a aquella mujer encorvada a quien Jesús enderezó (Lc 13,11..). Una vez erguida, los ojos de ambos pudieron cruzarse. El encorvamiemto visible es signo de otro mucho más gravoso: el del corazón... si no lo descargamos en el Señor Jesús, ahí permanece, expuesto a la ley de la gravedad, es decir tirando de nosotros hacia el polvo. Jesús, como había sido profetizado (Is 53,4-6..), cargó con nuestro pecado y culpa, en forma de Cruz, y se encaminó hacia el Calvario. Por tres veces mordió el polvo.... por otras tres se levantó... ¡Es increíble la Fuerza que da el Amor! Con esta Fuerza, se dejó clavar en la Cruz y fue entonces cuando fuimos liberados de nuestra carga al gritar: ¡Padre, libérales, perdónales... estan tan engañados que no tienen sabiduría... no saben lo que hacen!. En el Calvario, Jesús se vistió de Culpable y nosotros fuimos revestidos con su Inocencia... Éste es nuestro Señor... El Cordero que carga con nuestro pecado y el Pastor que con nosotros carga.. |
Celebramos el Bautismo de Jesús. El verbo bautizar significa sumergir y que Jesús se deje bautizar, sumergir en las aguas del Jordan, tiene un significado enorme; apunta a su muerte libremente aceptada con su consiguiente sepultura.
Al sumergirse Jesús en las aguas, penetra, según la espiritualidad biblica, en los dominios de Satanás y al emerger de ellas, abre como una fisura en estos dominios. Al tiempo que abre la fisura, se abren los cielos. Fijémonos en que, si la muerte de Jesús fuese el punto final de su Encarnacion, podríamos admirarlo, pero no seguir sus pasos, sin embargo el cielo abierto en su emerger de las aguas, preanuncia su victoria sobre la muerte y también la nuestra. Desde la resurrección de Jesús, el cielo continúa abierto para nosotros. Hacia el caminamos, gracias a la Fuerza y Sabiduría divinas que recorren el Evangelio, como si fueran la savia de Dios. A la luz de esta bellísima victoria, alcanzada por el Hijo de Dios para todos nosotros, sabemos que la Voz del Padre que resonó sobre las aguas del Jordán.. ¡Este es mi Hijo amado, en Él me complazco! se convirtió en el don más preciado que Dios puede dar a una persona..¡Tu eres mi hijo, mi hija amada en tí me complazco! Creo que vale la pena buscar a Dios hasta encontrar el diamante precioso que haga que nuestra vida alcance un valor incalculable...que Dios nos diga,y tiene sus formas de decirlo ..¡Tu eres mi hijo amado en tí me complazco! |
(Mt 11,2-11) Antes de ser encarcelado, Juan Bautista no tenía la menor duda de que Jesús fuese el Mesías, el Hijo de Dios. Habia visto con sus propios ojos como el Espíritu Santo, en forma de paloma, descendía sobre Él en las aguas del Jordán y había oído la Voz del Padre testificando sobre Él: "Este es mi Hijo amado en quien me complazco" ( 3,16-17). Sin embargo, ahora encarcelado y viendo que aparentemente Jesús no hace nada por él, le surgen dudas hirientes que le mueven a enviar a sus discípulos donde Jesús, con esta pregunta: ¿Eres tú el Mesías o hemos de esperar a otro?
Qué fácil es creer en Jesús con el viento a favor, más no así cuando lo tenemos en contra justamente por seguirle.. cuando nos dejan de lado por vivir abrazados al Evangelio... cuando sin despreciar la fiesta de la vida, ponemos cada vez más nuestros ojos en el Dios de la Fiesta permanente. Juan Bautista tembló al tener el viento en contra, y esta experiencia la tenemos todos los que pretendemos.. aún con mil debilidades, llegar a ser discípulos de Jesús el Señor. Recordemos el pasaje de los Apóstoles en la tormenta.. gritaron despavoridos porque tenían el viento en contra, sin embargo fue gracias a esa terrible tempestad que pudieron saber y reconocer que Jesús, al que seguian, era el Hijo de Dios.(Mt 14,22-33). |
(Lc 20,27-40) Jesús habla hoy de la Resurrección. Nos preguntamos: ¿Cómo resucitamos?. La respuesta a esta pregunta no nos la puede dar nadie por muy santo que sea, tan solo Dios por medio de las Escrituras, sobretodo por medio del Evangelio de su Hijo. Partimos del texto de su Transfiguración en el monte Tabor de la que Pedro, Santiago y Juan fueron testigos. Jesús no se transfiguró ante ellos algo así como para demostrar unos poderes ocultos, como podría un mago, sino para decirnos a todos cómo resucitamos. Nos dice Mateo que en el Tabor .." Jesús se transfiguró y que su rostro resplandecía como el sol.." (Mt 17,2..).
Es importantísimo acoger en el alma lo que proclamó su Padre desde lo alto en ese momento.." Este es mi Hijo amado..! Escuchadle !.." Les y nos exhorta encarecidamente a que le escuchemos porque Él es la " Palabra-Luz verdadera que ilumina a todo hombre.." (Jn 1,9). En la hora de nuestra muerte la Palabra-Luz Verdadera, es decir que no tiene ocaso y que hemos guardado en nuestras entrañas, irrumpe en nuestro ser y lo transfigura. Oigamos lo que dice Pablo a los discípulos de Filipos: "Jesús transfigurará nuestro cuerpo corruptible y seremos revestidos de un cuerpo glorioso como el suyo". (Flp 3,20) |
(Lc 18, 9-14) Un fariseo y un publicano van al Templo a rezar. El fariseo, como subido a un pedestal, se relame enumerando lo bien que hace sus ayunos, diezmos... es tan ciego que es incapaz de detectar al monstruo que habita en su corazón, que le invita a separar a todo aquel que no es tan bueno como él. De hecho, no reza, sino que, embobado, se hace un panegírico de sí mismo, deleitándose en su perfección legal.
Al fondo, está el publicano en actitud orante y parece que esto molesta al fariseo, que se permite decir despectivamente : ¡no soy como ese publicano!... El publicano, pasa del desprecio que acaba de recibir; todo su ser está fijo en Dios a quien, abatido por sus pecados y golpeándose el pecho, le suplica ! ¡Señor ten piedad de mi..! Para nuestra sorpresa, Jesús dijo que éste, salió del Templo justificado...y esto es fortísimo porque en la Escritura justificado significa que ha sido declarado inocente. Es cierto que le queda un camino para culminar su conversión, pero Jesús el Buen Pastor ya lo ha acogido como oveja suya. Esto es lo que el Hijo de Dios puede hacer y hace por tí y por mí |
(Lc 18,1-8) Una pobre viuda acude cada día donde un juez, para que le haga justicia, quizás alguien ha usurpado su casa o algo similar.
El juez, bastante déspota, no la hace caso, no quiere perder su tiempo con alguien tan insignificante. Sin embargo esta mujer no ceja en su empeño de pedir justicia día tras día. Al final el juez la atiende solo para quitársela de encima. Jesús, terminada esta parábola, hace esta proclamación solemne: ¿Y Dios que es la Bondad Infinita no hará justicia a sus elegidos, es decir a los que emprenden el camino del Discipulado, que llevan sobre sus espaldas el odio del mundo? Dice Jesús a los suyos: "Si el mundo os odia, sabeis que me ha odiado a mi antes que a vosotros... porque al elegiros os he sacado del mundo y por eso os odia.." (Jn 15,18-19). Nos viene bien este Evangelio hoy que celebramos el Domingo Mundial de las Misiones. Miles y miles de misioneros han plantado sus tiendas en zonas de conflicto en las que pueden ser alcanzados por una bala perdida o pisar una mina y quedarse sin piernas. Sin embargo siguen allí con "su gente", anunciando el Evangelio de la Esperanza, el que les ofrece El Camino, LaVerdad y La Vida. Están con ellos..les sostiene el amor agradecido de "su gente" y sobretodo, el Amor de Dios...y lo más grandioso: Estos dos amores son inseparables. Este Amor incondicional es la mayor Justicia que un hombre puede recibir..Dios les hace "esta Justicia". |
Lc 17,11-19) Diez leprosos avistan a Jesús a quien suplican: ¡Señor ten piedad de nosotros! Jesús les dice que vayan a los sacerdotes, que según la ley eran quienes certificaban la curación de un leproso ( Lev 14,1..) La cuestión es que por el camino quedaron curados. Fijémonos en su reacción. Nueve de ellos, al verse curados, no sintieron necesidad de nada más. Uno, sin embargo, se vuelve sobre sus pasos y se dirige hacia Jesús. Este hombre representa a los que saben que necesitan que Dios les limpie por dentro, pues bien conocen sus impurezas internas. Sin duda tiene presentes las exhortaciones de los profetas acerca de la inmundicia-lepra del corazón y desea que Jesús complete su limpieza en él, la exterior y la interior. Va a su encuentro y se postró a sus pies, es decir le adoró.. en ese momento, Jesús cumplió en él su sexta Bienaventuranz: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8). He ahí la plenitud de la compasión de Jesús hacia los que a Él se acogen: ¡La limpieza de sus corazones!
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(Lc 17,5-10) Impactante la petición que los Apóstoles hacen a Jesús : "Señor aumenta nuestra fe".. Es como un grito del alma que no nos es ajeno y lo sondeamos a la luz de la exhortación dada por Pablo a los cristianos de Roma: La fe nace de la predicación del Evangelio de Jesus..(Rm 10,17). Sabemos que la fe es don de Dios, pero Él no la concede caprichosamente tocando con una varita mágica a unos sí y a otros no; la fe se busca, como vimos en Pablo en la escucha del Evangelio, penetrando en sus entrañas oyéndololo y leyéndolo con amor pasional, con auténtica hambre y sed como nos dice el Salmista (Sl 63,2)... Más aún, la fe se busca dejando de lado seguridades que frenan nuestros pasos. Fijémonos en María Magdalena. Había oído decir a Jesús que sería condenado, crucificado pero que resucitaría al tercer día (Mc 10,34). Esta mujer guardó éstas palabras en su corazón y muerto Jesús, quiso por sí misma verificar si todo era una ensoñación de un loco o la Gran Verdad que necesitaba para recibir la Vida.. Arriesgándose, se dirige de madrugada, sola, hacia el sepulcro, atravesando las murallas de Jerusalén que servían de guarida a los salteadores de caminos. Su búsqueda, repito asumiendo grandes riesgos, culminó con el encuentro indescriptiblemente gozoso con Jesús Resucitado que la llamó por su nombre (Jn 20,16).
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(Jn 16, 12-15) Dios Padre es la Fuente de Aguas Vivas, Dios Hijo es la Palabra que da Vida y Dios Espíritu Santo es el Soplo Creador... he ahí una síntesis de Dios Trinitario.
Los grandes buscadores de Dios no se pierden en tesis ni pruebas metafísicas en su búsqueda de Dios, sino que rechazando desde sus intuiciones internas el absurdo de que la muerte sea el punto final de su yo, se ponen en camino como el salmista al encuentro del Dios vivo (Sal 42,3). La búsqueda de Dios, así como llegar a encontrarle, no es como el broche de oro de una vida más o menos satisfecha al que le falta "dar a Dios el gusto de conocerle". Se le busca cuando uno es capaz de decirse a sí mismo ante las obras de sus manos: ¿Eso es todo?. Cuando uno se atreve a cuestionarse así...quizás descarnadamente, surge desde el alma una pista llena de sabiduría, pista que reviste la forma de inquietud y también deseo : ¡La vida tiene que ser algo más de lo que hasta ahora he vivido.. y además no sé por cuánto tiempo más! De una forma u otra, todos los buscadores de Dios partieron del mismo planteamiento y se pusieron a buscar al Dios vivo, el que les habría de acoger como Padre y por quién seguirían viviendo eternamente.Todos los que así le buscaron lo encontraron y es lógico que lo encontraran, porque es Padre, Hijo cuyo Evangelio lleva en su interior la Vida y Espíritu Santo, Soplo creador del Hombre Nuevo. |
(Jn20, 19-23)Celebramos el envío del Espíritu Santo a la Iglesia por parte de Jesús. Hablamos del mismo Espíritu que le fortaleció a Él, en cuanto hombre, para poder llevar a cabo la misión de nuestra salvación, encomendada por su Padre. Así pues, el Espíritu Santo actúa a lo largo de nuestro caminar como discípulos de Jesús; es el Garante de nuestra fidelidad, lo que no nos hace inmunes a caídas. Nadie puede ser fiel al Señor movido solo por impulsos fervorosos; nuestra congénita debilidad sin la Fortaleza del Espíritu Santo, nos juega malas pasadas hasta el punto de dejarnos vendidos ante el poder del pecado como dice Pablo de sí mismo (Rm 7,14). Bien supo esto Pedro.. sus ínfulas de fidelidad a Jesús, se ahogaron ante las preguntas de una criada. Después podrás seguirme le había prometido Jesús (Jn 13,36). Así fue, Pedro, lleno del Espíritu Santo, expuso su vida en Roma una y mil veces por anunciar a Jesús y su Santo Evangelio. Al final alcanzó la palma del martirio. El don por excelencia del Espíritu Santo es el de revestirnos de la Fidelidad, la que nace, no de unos compromisos espoleados por fervores, sino del Amor Supremo; de Dios mismo. Él es el Creador de la Fidelidad de los suyos.
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(Lc 24, 45-53) Hoy celebramos la Ascensión del Señor al Padre. La verdad es que si nos detenemos solo en la vuelta de Jesús a Dios Padre una vez resucitado del sepulcro, da la impresión de que no nos atañe mucho. Necesitamos mirar la Ascensión de Jesús bajo el aspecto que más nos concierne y para ello, recogemos amorosamente asombrados el encargo que confío a María Magdalena una vez resucitado para que lo hiciese llegar a sus discípulos: "Diles que subo a mi Padre y a vuestro Padre a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20,17). A la luz de estas palabras entendemos que la fiesta de la Ascensión de Jesús es nuestra gran fiesta. Salvando las distancia, Jesús establece la identidad entre Dios su Padre y nuestro Padre. En el trasfondo se yergue majestuosa la Victoria del Hijo de Dios sobre el Príncipe de este mundo. Con su muerte arrancó de sus manos su más preciado botin: El sometimiento al hombre sobre el que ejerce una aberrante paternidad encumbrada sobre la Mentira (Jn 8,44). Abolida esta postración tan subyugante como devastadora, Jesús sube al Padre con la Noticia que nos eleva, como dice San Pablo, por encima de los ángeles : ¡¡¡Mi Padre es vuestro Padre!!!
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(Jn 13, 31-34) Cuando Jesús llamo a unos hombres como Pedro, Juan, Andrés.. etc para seguirle como discípulos, todos respondieron con prontitud y generosidad; lo dejaron todo, al menos así les pareció a ellos. Admiramos su desprendimiento pero, si nos adentramos en el Evangelio, vemos que dijeron sí a Jesus dejando atrás su mundo exterior, no así el interior, allí donde como dice Pablo reina y manda el hombre viejo (Ef 4,22..).De ahí sus frecuentes y agrias disputas sobre quién de ellos era el mayor, el más importante... Actitudes que iluminan nuestro gran problema, y es que tenemos un cierto dominio sobre nuestro mundo interior, pero no sobre nuestras cloacas internas. Ninguna generosidad acaba con ellas. Jesús sí y oimos que hoy nos dice: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". No nos da una norma, sino que nos abre el Camino de la Vida. Dice esto a los suyos, después de levantarse de la mesa y lavarles los pies haciéndose el último de todos. De esta forma nos mostró que el Evangelio es la Fuerza interior que explota en forma de Gozo y de Vida. Intentar hacerse el último solo por leyes perfeccionistas, suele terminar mal, trae consigo malestar victimista o peor aún vivir de apariencias.
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(...27-30 Apariciones a los discípulos) Este domingo celebramos la Fiesta de Jesucristo Buen Pastor. En el Evangelio, Jesús indica el sello indeleble por el que reconoce a sus ovejas; lo son porque escuchan su voz, sus palabras. Profundicemos en esto que Jesús acaba de decir. Escuchar la Palabra no supone alcanzar un status privilegiado, elitista. Escuchar la Palabra, en la espiritualidad bíblica, implica la actitud de llevarla al corazón con la intención y deseo de obedecer. No se trata de comprometerse con una serie de máximas en vistas a una perfección; es una escucha amorosa y confiada sabiendo que Jesús, Buen Pastor, con inmensa paciencia da con nosotros esos pasos.. a veces excesivamente lentos, según nosotros, que nos llevan al discipulado. Es una escucha por medio de la cual se abre paso la Fuerza de Dios que hace posible la obediencia, y no es una obediencia para quedar bien con Dios, sino contigo mismo, pues la Palabra está llena de esas plenitudes que tan lejos están de tus posibilidades. Plenitudes que entrevemos en lo que añade Jesús después de revelarnos el sello que nos identifica como discípulos suyos: "...y yo las conozco - las amo- y siguen mis pasos.." Pasos que como bien sabemos culminan en su Padre.. que en cuanto discípulos de su Hijo también lo es nuestro.
(Antonio Pavía-Misionero Comboniano) comunidadmariamadreapostoles.com |
(Jn 8, 1-11 ) Es cierto que Moisés promulgó que los adúlteros debían de ser lapidados, teniendo en cuenta la praxis de Oriente. Sin embargo, Dios fue instruyendo progresivamente a su pueblo, creando en su seno la misericordia con los pecadores, sea cual fuere su pecado. A pesar de ello, en el Evangelio de hoy vemos a un grupo de escribas y fariseos, hijos de la necedad y la mentira, siempre van juntas, trayendo a empujones a una adúltera ante Jesús, instándole a que se pronuncie sobre si hay que apedrearla o no. Jesús se inclina y escribe sobre la tierra. Es un signo fortísimo que anuncia que Él es quien escribirá la Palabra sobre nuestro corazón de barro, convirtiendo nuestra debilidad en Fortaleza. A continuación dice a los censores que el que esté sin pecado, arroje la primera piedra. Todos se fueron, quedando sólo Jesús y la acusada. La dice Jesús, no te condeno, Vete ... que significa: ponte en camino y no peques más, que quiere decir: vas camino hacia tu Padre, no vuelvas sobre tus pasos porque hacía atrás la muerte es quien tiene la última palabra sobre el hombre
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(... 19-31 Apariciones a los discipulos) Hoy, el apóstol Tomás se convierte en testigo de la veracidad de lo que Dios proclamó por medio de Isaías: "Mis planes no son vuestros planes, ni mis caminos son los vuestros" (Is 55,8).
Tomás se nos presenta como un hombre escéptico y caprichoso. Por más que sus compañeros insisten en que Jesús se les ha aparecido, que han visto las heridas de su cuerpo, no se lo cree y hasta se permite el mal gusto de proclamar que solo creería en Él si lo ve con sus ojos y palpa con sus manos sus heridas. El Señor, por amor, recoge el guante y se le aparece junto al resto. Por amor a Tomás y también a todos los que a lo largo de la historia emprendemos el camino del Discipulado. Al igual que aTomás, nos asaltan dudas, escepticismos y desalientos.Tomas es entonces una buena referencia, pues nos parecemos mucho a él y ahora entendemos lo de los planes y caminos del Señor. El Espíritu Santo inspira a este apóstol tan desconfiado como caprichoso, la más sublime confesión en la Divinidad de Jesús que encontramos en el Evangelio.. ¡Señor mío y Dios mío! Confesión reservada únicamente para Yavhe en el Antiguo Testamento. Grande, enorme, la delicadeza de Jesús.. bien sabía que para alcanzar el Discipulado todos deberíamos de partir de las mismas desconfianzas, dudas y hasta altanería que Tomás. ¡Señor mío! dijo el apóstol frente a Jesús. ¡Señor mío y Dios mío!.. proclama todo aquel que ve a Jesús vivo en el Evangelio y en la Eucaristía. |
(Lc 22,14-71) (Lc23,1-56) Hoy, Jesús se entrega libremente en manos del Mal. No le arrebatan la vida; la da voluntariamente. El Mal y su príncipe no tienen poder sobre Él, sin embargo, se somete a este príncipe para desposeerle del poder seductor que ejerce sobre los hombres, haciéndoles creer que sus insinuaciones son fuentes de vida.
Antes de dejarse entregar en el Huerto de los Olivos, Jesús proclamó su absoluta libertad en el paso que iba a dar: "..llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder, pero ha de saber el mundo, que amo al Padre "(Jn 14,30-31). ¡Sí..! ha de saber el mundo, que amar a Dios es, por encima de todo, creer en su Palabra, que es la Verdad que desenmascara a la Mentira... a las respuestas inocuas que Satanás ofrece a nuestros interrogantes acerca del Mal y de nuestros sufrimientos. He ahí el porqué Jesús se dejó entregar al poder del Mal. De hecho en el último suspiro nos enseñó a cambiar de manos ..al gritar victorioso: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! |
(Lc 15,1-32) El Evangelio de hoy nos habla del Hijo Pródigo . Este joven no estaba a gusto en su casa con su padre, sobre todo porque en la cultura de Israel los primogénitos tenían unos privilegios honoríficos y económicos superiores a los demás hermanos, Es por ello que, a un cierto momento, no soportando más su situación, tiene agallas para poner tierra por medio entre el y su padre. El caso es que con el tiempo sucede que su vida está a la altura de los animales que cuida. Es entonces que las mismas agallas que tuvo para marcharse, dando un portazo, las tiene para entrar en sí mismo y escuchar el grito de su corazón profetizado por el salmista: "Oigo en mi corazón : Buscad mi Rostro. Si, tu Rostro buscaré Dios mío"( Sl 27,8). Se dijo entonces: en mi casa hay pan-vida en abundancia...y sobreponiéndose a la soberbia que intentaba retenerle, se levantó y se puso en camino hacia su padre..mejor dicho hacia su Padre.No sabía cómo iría a recibirle, en su cabeza hervían mil conjeturas. El Padre es mucho menos complicado, de hecho, apenas lo diviso a lo lejos, "...conmovido se echó a su cuello y le besó efusivamente.."
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(Lc 13, 1-9) La higuera simboliza en la espiritualidad bíblica la fortaleza interior de los que guardan la Palabra y que por esta razón conocen el descanso del alma. En el Evangelio de hoy vemos que el dueño de un campo, al ver que después de tres años resulta que una higuera suya no da fruto, dice al labrador que la cuida que la corte sin más.Tres años estuvo Jesús predicando el Evangelio entre los suyos y ni siquiera sus discípulos dieron fruto, basta recordar sus continuos choques entre ellos por ver quién era el más importante. ¿Qué más podía hacer Jesús por ellos,.. por nosotros...? abonarla como dijo el labrador acerca de la higuera al dueño del campo. Eso fue lo que hizo Jesús con sus discípulos abonar sus mediocridades con su sangre y aparecieron los frutos de vida eterna..esa vida inmortal por la que todo hombre suspira y que tan al alcance de nuestras manos nos puso el Hijo de Dios..eso sí, abonándonos con su muerte.
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(...28-36 La trasfiguración) El Evangelio de hoy nos habla sobre la Transfiguración de Jesús el Señor. Pedro,Santiago y Juan, testigos privilegiados, ven que su rostro y todo su ser irradia la Gloria de Dios. Hasta ahí podríamos decir que les pudo parecer normal pues a pesar de sus dudas creían seguir al Hijo de Dios; lo que sí les deja sin habla es que junto a Él, y también resplandecientes de gloria, estén Moisés, a quien la Escritura llama el Amigo de Dios y Elías, a quien Israel identifica con el Fuego divino. Como he dicho los tres apóstoles quedan sobrecogidos, hasta que Pedro acierta a decir: ¡Qué bien estamos aquí..quedémonos...! Quizás era suficiente para el y los otros dos, pero no para Dios que les dijo: Éste es mi Hijo Amado, ¡Escuchadle! Fijémonos que Dios Padre no proclamó más mandato en el Evangelio que éste, lo que indica que hacer nuestro el Evangelio, salido de la boca de Dios, supone un salto cualitativo en la fe y el discipulado.. Escuchar el Evangelio que irradia la Gloria de Dios (1 Tm 1,11) implica participar de ella, de ahí que el mismo Pablo exhorte a los discípulos de Colosas a que busquen las cosas de arriba..las de Dios para que lleguen a ser gloriosos como su Hijo ( Col 3,1-4).
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(..1-13.- Tentaciones en el desierto) No solo de pan vive el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios, responde Jesús a Satanás cuando le indujo a convertir unas piedras en panes para saciar su hambre después de ayunar. Jesús no nos está diciendo que el pan, que simboliza los bienes materiales, sean malos, sino que no nos dobleguemos ante ellos. La señal que nos indica que no nos doblegamos ante los bienes de este mundo o, mejor dicho, que éstos no nos doblegan, es saberlos poner en su sitio.Todo aquel que ha encontrado a Dios, sabe que cuando Juan dice que la Vida está en la Palabra (Jn 1,4), se está refiriendo al Manantial de Vida en abundancia que brota del Evangelio de Jesús. Aunque parezca absurdo, la tentación es ¡aliada nuestra!, pues gracias a ella se abre en el hombre la libertad para escoger entre doblegarnos a ella o elevarnos sobre ella. Hay una calidad de vida en esta elección y nadie puede elegir por tí.
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... 39-45) Partimos un punto del Evangelio de hoy, con la intención de que nos sirva para seguir creciendo como discípulos de Jesús. Este punto nos dice que todo discípulo bien formado, será como su maestro. Si lo aplicamos a nuestra relación con El que es el Maestro, nos quedamos atónitos. Hemos de verlo en el sentido de que participamos de su misión. ."Como mi Padre me envió, así os envío yo" (Jn 20,21). Jesús es enviado por su Padre como Cordero que vence el mal del mundo y así envía a sus discípulos (Lc 10,3). Él siempre estará a años luz de nuestra altura pero podemos decir como Juan Bautista: "Es precisó que Él crezca y yo disminuya" (Jn 3,30). También hacemos nuestra la exhortación de Pablo a los cristianos de Galacia: "sufro dolores de parto hasta ver a Jesús formado en vosotros" (Gal.4,19) Querámonos más y aspiremos a lo que nadie jamás pudo soñar ni imaginar...llegar a ser, salvando las distancias, como nuestro Maestro.
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(Lc 6, 27-38 ) Vemos el Evangelio de hoy a la luz de esta confesión de Pablo: "Soy de carne, vendido al poder del pecado" (Rm 7,14). Soy de carne, es decir, rehén de mi debilidad frente al mal que el demonio me presenta, como un bien para mí. Jesús no dice hoy, entre otras cosas, haz el bien a quien te hace el mal, a quien te odia. Frente a un anuncio así, Pablo confesaría una vez mas su impotencia y confiando en que el Evangelio de Jesús es en sí la Fuerza, Gracia y Sabiduría De Dios, le diría: ¡Aquí me tienes Señor, no tengo nada que prometerte pero Tú a mí sí! La Fuerza de tu Palabra para aceptar que mi vida no se puede apoyar en mi sabiduría sino en la tuya. La postura contraria, es la farisaica con su casuística de medias tintas, que no es sino un rechazo encubierto al Evangelio de Jesús, por más que se les hace la boca grande diciendo que creemos en Él . Una casuística que es, de por sí, hija de la Mentira y con la que se pretende justificar la mediocridad de una relación con Dios, a quien parece que servimos pero en quien no confiamos, porque no creemos que sus Palabras sean buenas para nuestra realización personal. Respecto al Evangelio de hoy, fijémonos que eso del perdón y amor a quien nos hace el mal, vienen precedidos por una exhortación.."Os digo a los que me escucháis.." He ahí el secreto..el que tiene, como Jesús, su oído abierto a la Palabra, se hace con la Fuerza de Dios para cumplirla con la Alegría que nace de la Libertad. El que no sabe escucharle, oye el Evangelio, pero se escucha a sí mismo, empieza entonces la casuística, el conformismo con la mediocridad, con sus consiguientes justificaciones.A los que me escucháis dice Jesús. Éstos, un día sabrán que el Evangelio es la carta de Dios a su favor, no en contra, es entonces cuando coge fuerza y ritmo la serena y belleza única del discipulado.
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(Lc 6,17. 20-26) Dicen Los Santos, que cada pasaje del Evangelio encierra miles de vertientes catequéticas que vivifican el alma. En el de este Domingo, entresacamos la denuncia que hace Jesús de los que se sirven del pueblo fiel para medrar; les llama ricos, atiborrados, burlones... Proliferaron los burlones que se cebaron en Jesús y siempre los ha habido y los habrá contra sus amigos. La burla, que es hija de la envidia y la impotencia, y que rezuma escepticismo. Jesús les denuncia fuertemente en este pasaje también de Lucas: " Ay de vosotros doctores de la ley que tenéis la llave de la Sabiduría.. ni entráis vosotros ni dejáis entrar.. (Lc 11,52). Se refiere a los sabios tejas abajo que, en su necedad, han desprovisto a la Palabra, de la Gracia y la Fuerza de Dios inherente a Ella y la han reducido a consejos morales, que no les sirven ni a ellos ni a nadie que como dice Pablo este vendido al poder del pecado (Rm 7,14..). Siempre habrá pastores falsos y ovejas que les sigan por necias, pero a aquellos que persistan en su deseo de llegar a ser discípulos de Jesús, Él les dará una sabiduría especial para esquivar a los falsos e ir tras los verdaderos, que no les dan gato por liebre.. los que, en Nombre de Jesús, les apacienta en los verdes prados de la Palabra como dice San Agustín...
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(Lc 5,1-11 Los apóstoles han pasado la noche entera echando las redes en el lago de Genesaret sin resultado alguno. Al llegar a la orilla, encuentran a Jesús predicando la Palabra a la gente que, como dice Lucas, se agolpaba junto a Él. Finalizada la predicación, dice a los apóstoles que vuelvan a enfilar la barca adentro del lago y echen nuevamente las redes. Pedro inicia un amago de resistencia, pero termina cediendo. Lo que es realmente importante para nuestra fe, quizás aún inmadura, es la razón de porqué Pedro hace caso a Jesús: porque cree en la Fuerza que tiene su Palabra. Pedro no cede ante Jesús, ni por quedar bien, ni por hacer méritos ante Él, ni siquiera por un plus de generosidad, todo esto se desvanece en una situación cómo ésta, Pedro hace caso a Jesús porque intuye, repito, en qué poderosa es su Palabra para dar la vuelta a su lógica, que la tenía, pues era pescador y de esto sabría más que su Maestro. Pedro está actualizando lo que dijo María a aquellos criados que en la boda de Cana de Galilea no podían servir más vino en las mesas porque se había agotado: ¡Haced lo que Él os diga!. La única medida, repito, la única fiable que tenemos para saber si confiamos en Dios es nuestra adhesión a la Palabra, al Evangelio que Dios Padre puso en los labios de su Hijo. Pedro, el pescador experimentado, ¡confíó! y las redes se llenaron de peces. Al llegar a tierra se arrodilló ante É,l cosa que no puede hacer ningún judío que sanbssolo se arrodillan ante Yavhe. Pedro lo reconoció como Dios, porque sus palabras, contra toda lógica, se habían cumplido. Así es como el Hijo de Dios crea nuestra fe. El problema es si nuestra esplendorosa cabeza es más lógica que la suya.
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Al decir Jesús en la sinagoga: "Esta Palabra se cumple hoy", está anunciando a todos que ya no tienen que esperar al Mesías, que en Él se cumplen los signos mesiánicos anunciados por los profetas. La primera reacción de los oyentes fue de júbilo, reconocen que en los labios de Jesús se derrama la gracia tal y como se había profetizado (SL 45,3). Sin embargo, esta adhesión da paso a un rechazo total. La causa, más bien la excusa, es el no ser sino el hijo de un carpintero. Digo excusa porque el problema es, que aunque digan que la Palabra de Jesús está llena de Gracia, no se lo creen. Creen en el titular, pero no se creen que la Gracia es la Fuerza de Dios para cambiar por dentro. Esclavos como son de la inutilidad de leyes y más leyes, piensan que el Evangelio de Jesús es una vuelta de tuerca más en las exigencias religiosas que les imponen sus dirigentes religiosos. He ahí el problema, el eterno problema, pensar que Jesús nos da un Evangelio para ver quién se atreve a cumplirlo. No es posible sin la Gracia, y si ésta no es más que un titular ornamental, habrá que reducir el Evangelio a preceptos humanos que a la larga tampoco hay como cumplirlos.Sin embargo ahí lo tenemos: El Evangelio de la Gracia como lo llama Pablo (Hch 20,24).Tenemos dos opciones: nos quedamos con el Titular , como estos judíos, y no nos sirve para nada o solo para creer que sabemos algo, o como los Pobres de Espíritu, lo hacemos nuestro... es decir, hacemos nuestra La Fuerza de la Gracia De Dios. A estos, Jesús les llama: Mis Discípulos, y en cuanto tales, Mis Discípulos Amado
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(Lc 1,1-4. 4,14-21) Jesús entra en la Sinagoga de Nazaret. Le dan un texto de Isaías que proclama la misión del Mesías en todas sus dimensiones, y Jesús, anuncia solemnemente: "Éstas promesas se cumplen hoy.", es decir, ¡se cumplen en Él!. ¡Sí!, Jesús es el Enviado del Padre como Camino,Verdad y Vida de todo hombre. Podemos creer mucho o poco en Jesús, Hijo de Dios que nos da la Vida, lo que si es evidente es que en un cierto momento de nuestra existencia, necesitamos como un revulsivo que nos impulse a la conquista de metas jamás imaginadas y menos aún alcanzadas. Este Hoy de Jesús que oímos en éste Evangelio, es como una suave brisa que nos despierta e invita a ir al encuentro de este Hoy que realza nuestra vida. Zaqueo lo buscó y lo oyó. Era jefe de publicanos en Jericó y a los ojos de todos había alcanzado metas bien altas. No era tan evidente para él, no sabía explicarlo bien, pero sabía que le faltaba algo. Ese algo que conforme pasan los años llega a ser mucho. Un día, Zaqueo oye una algarabía en la calle, se informa y resulta que Jesús está entrando en la ciudad. Se entabla un combate en su interior sobre si debe o no salir a su encuentro. Decide ir, total si Jesús es solo un hombre, poco es lo que pierde, pero si es el Hijo de Dios, como se oye por ahí,lo gana todo en esta vida y también después de su muerte. Fue a su encuentro, Jesús que como a todos, ya le esperaba, le dijo: Hoy ha llegado la salvación a tu casa, mis huellas están tatuadas en tu alma.
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(Jn 2, 1-11) Un buscador de Dios alcanza a encontrarle y a intimar con Él, cuando llega a estremecerse ante su Palabra como dice Isaías ( Is 66,2). Alguien se preguntará qué tiene que ver esto con el Evangelio de hoy que trata de las Bodas de Caná en las que Jesús convirtió el agua en vino. La respuesta está en lo que dijo María a los sirvientes después de decirle a Jesús : ¡No tienen vino!.. María les dijo: "Haced lo que El os diga". Ante el Evangelio del Hijo De Dios, se suelen dar dos tipos de reacciones. La primera, ver tal o cual pasaje meramente interesantes desde una perspectiva bíblico-cultural con su componente moralista, y la segunda que es estremecerse interiormente ante "el perfume de Dios" que emana su Palabra. Es un estremecimiento no inducido por factores externos, tampoco internos o subjetivos. Es un don que Dios otorga a quien ama su Palabra, con tal pasión, que llega a hacerla suya aunque no encaje con sus aparentemente sanos criterios. No había como encajar lo que dice a estos sirvientes Jesús: ¡Llenad las tinajas de agua!. Con el malestar que se notaba ya entre los comensales, estos hombres no tienen otra cosa que hacer que ponerse a llenar unas tinajas, con capacidad de cien litros , ¡de agua!; pues lo hicieron movidos por la propuesta que habían escuchado: ¡Haced lo que El os diga!. El agua se convirtió en vino.. que significa que la fiesta de quién tiene a Dios en su corazón no tiene fin. Así es como actúa el Señor Jesús con quién se fía y confía en sus Palabras; convierte el agua de sus Impotencias en Manantial de Vida, no externo, sino interno, dentro de él. De ahí su estremecimiento continuo ante su Evangelio.
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(Lc 3, 15-16,21-22) Hoy celebramos el Bautismo de Jesús, su inmersión en las aguas del Jordan, preanunciando así su muerte y su elevación sobre ellas proclamando su Resurrección. Nos dice Lucas que antes de sumergirse en las aguas, Jesús se recogió orando y que en ese momento se abrieron los cielos.¿Qué diría en intimidad Jesús a su Padre que tuvo tanta fuerza como para que los cielos se abriesen?. Evidentemente su oración no la sacó de un manual ni nada parecido.. su oración , dada la misión que el Padre le había confiado, no pudo ser otra que ¡..Abba ..Aquí estoy! Imagino a Jesús recitando con inmenso amor al Padre y a nosotros la oración mesiánica que el Espíritu Santo puso en el corazón del Salmista: " Rechazaste sacrificio y oblación...dije entonces ..Aqui estoy para hacer tu voluntad..y puedo hacerla porque llevo tu Palabra en mis entrañas.." ( Sl 40,7-9).
Es evidente que no tenemos otro Maestro para rezar que Jesús; solo El puede abrir nuestro corazón al Evangelio y solo una vez que lo llevamos tatuado en lo profundo de nuestro ser podremos rezar como Él, al ya nuestro Padre con sus mismas palabras ..!Aqui estoy para hacer tu voluntad y quiero hacerla no por ser el mejor de todos, sino porque ya sé que es lo mejor para mí y para el mundo que me rodea. Cuando por obra y gracia del Espíritu Santo llegamos a rezar así...lo que Jesús y todos oyeron en el Jordán cuando se abrieron los cielos: ¡Tu eres mi hijo amado, en tí me complazco!, se vuelve a oír, pero en este caso se refiere a quien así reza..se refiere a ti seas quien seas, hayas hecho lo que hayas hecho. Sí, conforme un discípulo de Jesús va alcanzando su madurez, su oración, como la de su Maestro y Señor, penetra los cielos abriéndolos; entonces resuena, en los oídos de su alma, la Voz de su Padre que le dice: ¡Tu eres mi hijo amado, mi hija amada, en quien me complazco ! |
(Lc 21, 25-28, 35-36) ¡Levantad la cabeza, se acerca vuestra liberación! nos dice Jesús en este primer Domingo de Adviento. Si levantáis la cabeza los que habéis cargado sobre vuestros cuerpos y vuestras almas el odio del mundo por mi causa (Mt 24,9), los que por amor al Evangelio fuisteis humillados y marginados, levantad bien alto vuestros rostros hacia mí porque lleváis escrita en vuestra alma la gran Bienaventuranza :" Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos.."( Mt 5.11-12)
Celebrad conmigo mi triunfo que es también el vuestro..¡Estoy vivo! La muerte cantó su victoria sobre mi, como lo sigue cantando de generación en generación en su vano intento de encumbrar la mentira sobre la Verdad, el mal sobre el Bien, la corrupción del sepulcro sobre la Vida. Levantad vuestra cabeza, no temáis.."Yo soy el que vive, estuve muerto pero ahora vivo por los siglos de los siglos" ( Ap 1,18). Alzaos, no os dejéis pastorear por la muerte (Sl 49,15) dejaos pastorear por Mi que soy "El Camino la Verdad y la Vida (Jn 14,6) |
(Jn 18,33-37) Hoy celebramos la fiesta de Jesucristo Rey y lo primero que nos dice es que su reino no es de este mundo y así se lo hizo saber a Pilato. Es muy importante tener esto en cuenta, pues la tentación que tuvieron los judíos de coronar rey a Jesús cuando multiplicó los panes ante ellos (Jn 6,5-15) ha sido constante en todas las generaciones. Empecemos por lo más importante: Jesús no vino al mundo para dominar o imponerse sobre la conciencia de nadie, de hecho su invitación para ser sus discípulos lleva el sello de la libertad: "si alguno quiere venir en pos de mí.." Mc 8,34 . Por otra parte su reinado es desde el último lugar y así hace saber a los apóstoles .."no he venido a ser servido sino a servir" (Mc 10,45) a esto añadimos que fue un ladrón clavado en una cruz, como Él, el primero que le reconoció como Rey (Lc 23,42).
Mi reino no es de este mundo dijo Jesús a Pilato. Al decir esto no estaba despreciando al mundo, sino mostrando a todos que éste se paraliza, impotente, ante el abismo de la muerte, mientras que Él elevándose majestuosamente sobre ella, por eso mismo es Rey, pudo decir: "El que vive y cree en mí, no morirá jamás" Jn 11,26. Al resucitar de entre los muertos, testificó que lo que dijo era verdad. Esto celebramos hoy: ¡Jesucristo Rey por ser vencedor de nuestra muerte! |
Mc 13,24-32.- Los hombres necios son de por sí sensacionalistas, por eso, ante pasajes evangélicos como el del Evangelio de hoy, ven, en catástrofes que siempre ha habido, que el fin del mundo está a la vuelta de la esquina. El caso es que a través de los siglos siempre ha habido profetas falsos, también de pocas luces, que alertan a la gente acerca del aniquilamiento del cosmos.
Los hombres sabios, aún estando abiertos a las mismas señales, se preocupan en abrir su alma al Señor que como leemos hoy está a las puertas. Más que preocupación, es un deseo amoroso, un vigilar por tener a punto el aceite de sus lámparas ante el paso de Dios. El problema de los necios es que de tanto fijarse en ésta o aquella señal, descuidan las lámparas de su alma y las tienen apagadas, prácticamente muertas. Se trata pues de que dejemos un poco de lado las señales y vivamos para la Señal: el Rostro de Dios y su Presencia en lo más profundo de nuestro ser... por eso estaremos vivos y seguiremos viviendo al traspasar el umbral de la muerte. |
Mc 12,38-44 Hoy el Evangelio trata de la mirada de Jesús y la de los hombres. Nosotros estamos inclinados a dejarnos deslumbrar por las apariencias. En este sentido Jesús dice a sus discípulos que se cuiden de los fariseos, que en general se servían de sus cumplimientos religiosos para ser honrados y agasajados e incluso beneficiados económicamente por la gente incauta.
Está previniendo a los suyos de estos farsantes y de pronto aparece en escena una pobre mujer, ofreciendo un par de pequeñas monedas para el culto del Templo. Nadie reparó en ella, lógico, ni llevaba gran vestimenta ni su aportación era relevante. Hasta ahí la mirada de los hombres; veamos la del Hijo de Dios. Su mirada se posó lentamente en ella, alcanzó su corazón y entonces la alabó ante sus discípulos para que aprendiesen a mirar a los hombres como El los mira. Les dijo que esa mujer y los que como ella actúan, roban el corazón de su Padre porque lo poco que ofreció constituía su sustento para ese día. Entendamos bien, no alabó su generosidad, que también, sino su confianza en Dios su Padre consciente de que la cuidaría por ser más valiosa a sus ojos que las aves del cielo y los lirios del campo. Se llama Fe, sí, la Fe que está a años luz de la especie de pantomima que le ofrecen cada día no pocos fariseos que necesitan pregonar lo que hacen ..no por Dios, sino para dar lustre a sus fachadas. |
A las puertas de Jericó, un ciego pide limosna. En esto, Jesús está saliendo de la ciudad y el ciego que se entera le pide a gritos que se apiade de él. Aparentemente Jesús pasa de largo, lo que no desanima al buen hombre, al contrario, refuerza su petición de auxilio. Ante su insistencia, Jesús detiene sus pasos y le manda llamar y le pregunta: ¿Que quieres que haga por tí? Éste le responde: Señor, que vea. Esto es lo más sublime y grandioso que un hombre puede vivir, que sus ojos interiores se iluminen tanto que traspasando la humanidad de Jesús alcancen a ver su divinidad, al Hijo de Dios vivo, como le reconoció Pedro cuando Él les pregunto: "¿Quién decís que soy yo?".
Entendemos la petición del ciego; en la Escritura, "ver", en su sentido más profundo, significa reconocer por dentro. Este hombre sabía lo que quería: que Jesús hiciese con él, la iluminación que engendra la Fe. Una vez que empezó a ver, siguió a Jesús, sabía que no seguía a un hombre, sino al Hijo de Dios Vivo. |
Mc 10,35-45
Jesús dice a sus discípulos que va a ser entregado a los Sumos Sacerdotes, que será objeto de burlas y desprecios y que al fin le matarán; eso sí, que al tercer día resucitará. ¿Cuál fue reacción de ellos? Su reacción constituye el Evangelio de hoy. La verdad es que actúan como si no hubiesen oído nada; Juan y Santiago dan rienda suelta a sus ambiciones, a su hambre y sed de gloria, la que el tiempo relega al olvido. |
Mc 10,2-16
Unos fariseos piden su opinión a Jesús sobre el matrimonio, recordándole que Moisés vio razones para permitir el divorcio. Su respuesta es meridianamente clara: Moisés dió vía libre al divorcio por la dureza de vuestro corazón. El matrimonio es un excelente proyecto de Dios para quienes lo quieran acoger y vivir; en cuanto proyecto divino, está abierto a un continuo crecimiento generado por la savia que fluye del Evangelio y los Sacramentos. El problema surge y se agudiza, cuando no es vivido como proyecto De Dios, sino como proyecto personal, como si dependiera de la pareja casada hacer crecer la frescura y la novedad del amor, frescura y novedad que provocan el continuo y gozoso asombro entre ambos. Al dejar de lado a Dios de tan sublime proyecto, se corre el peligro que la convivencia llegue a ser de una pesadez insoportable. Jesús achaca este triste desenlace a la dureza de corazón, dureza provocada por, como ya he señalado, porque se ha prescindido de Dios o por no haberle dado más que un papel decorativo en este proyecto de vida tan sublime, |
Atentos a lo que Jesús nos dice en este Evangelio: todo el bien que hacemos a alguien porque es discípulo suyo, a Él mismo se lo hacemos. Claro que vale también para el caso contrario, si hacemos daño a un discípulo suyo, a Él se lo hacemos. Recordemos cuando se le apareció a Pablo, perseguidor de los primeros cristianos; no le dijo: ¿Porque persigues a estos pobres hombres? sino ¿Porque me persigues?. Esta es una bellísima noticia para todos aquellos que incluso con dudas y desviaciones llevamos en nuestra alma el deseo irrenunciable de llegar a ser discípulos del Señor Jesús y lo es porque hoy nos dice que se identifica con nosotros, también cuando caemos, siempre que sigamos con los ojos puestos en su Evangelio, Escuela del Discipulado.
El Apóstol Pablo, el antaño perseguidor, apasionado por Jesús hasta la médula del corazón y del alma canta exultante de gozo su nueva identidad: ¡su Señor viviendo en él!, y así lo proclama en su carta a los cristianos de Galacia: " Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi " (Gal 2,20) |
Mc 9,30-37 Jesús anuncia a sus discípulos su condena a muerte y también su resurrección y no le entendieron. Normal, ya que mientras les decía estas cosas, el corazón de ellos estaba pendiente de ambiciones infantiles, de hecho Marcos señala que discutían por quien era el más importante del grupo. No pocas veces también nosotros no entendemos ciertos pasajes del Evangelio por la única razón de que chocan con nuestros pobres intereses y orillamos el Evangelio, para preservarlos. Así es imposible que cuajen las palabras de Jesús. Lo peor es que cuando orillamos sus palabras es porque no nos fiamos, a causa de nuestra debilidad, de que sirvan para nuestra realización personal y si no nos sirven las Palabras de Jesús porque no nos son de fiar, tampoco Jesús nos sirve ni nos es fiable.
San Mateo acogió la invitación de Jesús a seguirle y al ver ganada la partida de la Vida, su Vida, dió una gran fiesta. Lo peor de no dar crédito de que el Evangelio de Jesús juega en favor nuestro, es intentar camuflar nuestra desconfianza hacia Dios con oraciones interminables y promesas de todo tipo. El sabio según Dios, acoge el Evangelio que sabe que le sobrepasa y espera amorosa y confiadamente que su Maestro y Señor haga de cada una de sus palabras una piedra-cimiento en la que asentar su vida sabiendo que ningún mal, ninguna desgracia, podrá derribarlo. |
Mc 3, 22-35 "Estos son mi madre y mis hermanos: los que cumplen la voluntad de Dios..." dijo Jesús señalando al grupo de discípulos que, sentados en torno a Él, escuchaban su predicación.
Como somos tan moralistas, pensamos que llegar a pertenecer a Dios, que a esto se está refiriendo Jesús, nos parece una tarea imposible. Calma. La palabra "cumplir" no significa lo mismo en la cultura de Israel que en la nuestra. En Israel "cumplir" algo, significa alcanzar su madurez. En este sentido, "cumplir" la voluntad de Dios o su Palabra, que es lo mismo, implica una decisión de acogerla en el interior y protegerla de toda tentación de mediocrizarla con acomodos que surgen del escepticismo o de una interesada incredulidad. Solo ésta libertad interior.. ¡Bendita Libertad! , indomable a toda componenda, permite el crecimiento en nosotros de la Fuerza y la Sabiduría propias del Evangelio de Jesús, que nos hace sus discípulos. Acerca de los que así escuchan al Hijo de Dios, dice Juan en su Evangelio que "les dió poder para hacerse hijos de Dios" Jn 1,12.. A ellos es a los que Jesús llama: "mi madre y mis hermanos". (Padre Antonio Pavía- Misionero Comboniano) |
Mc 14,12-16.22-26 Hoy celebramos el Corpus Christi, la Fiesta de la Eucaristía. Ya el salmista llamó Pan de los Fuertes al maná que sustentó a los israelitas en su caminar por el desierto, hasta la Tierra Prometida (SL 78,25). Satanás tiene su propio poder sin embargo, se frena ante la Fuerza de Dios que emana de su Palabra y de la Eucaristía. Juan en su primera carta alaba a los jóvenes de su comunidad por haber vencido al Maligno (1 Jn 2,13). Solo con la Fuerza del Evangelio podemos vencer lo que Pablo llama "el combate de la Fe" (2 Tm 4,6-8) Combate sin el que no hay discipulado y que sólo podemos vencer con la Fuerza de Dios. Pasamos del testimonio de Pablo al de San Agustín quien en sus magistrales Confesiones abriendo su corazón al Hijo de Dios le hizo esta súplica: "Fuerza de mi alma, entra en ella y ajústala a Tí y poséela"
(Antonio Pavía-Misionero Comboniano) |
Mt 28,16-20 íFiesta de la Santísima Trinidad. Jesús envía a sus discípulos por el mundo para anunciar el Evamgelio. Les dice: "Se me ha dado todo poder, id..".
No, no les envía al encuentro de los hombres, con remedios milagrosos ni fórmulas mágicas para aliviar sus males, sino con el poder de Dios Padre Hijo y Espíritu Santo que late en la Palabra, en el Evangelio y que actúa en quienes lo escuchan y acogen con sencillez. Éstos no experimentan ningún cambio repentino, pero sí viven paulatinamente un proceso bellísimo en su interior por el poder transformador del Evangelio que hospedan en sus entrañas.. la acción operante de la que habla Pablo en Ts 2,13. Es tal la seducción del Evangelio, que quien lo acoge, comprende que llegó la hora de dar el brazo a torcer ante el Único que le da la Vida que tanto busca aún inconscientemente. Ahi está el poder de la Palabra..no somete, seduce, te da anticipos de Vida,.. y como Dios ni quiere ni le apetece tener siervos, sino hijos, deja al hombre la última palabra decisoria para acoger o no la Vida y el Amor. Volvemos nuestros ojos a Pablo,.. no le fue fácil dar su brazo a torcer frente a Jesús a pesar de su aparatoso encuentro camino a Damasco.. al final se rindió y bendijo el día que lo hizo; podemos intuirlo a la luz de este testimonio imperecedero: "Ya no soy yo quien vive, es Jesucristo quien vive en mí " (Gal2,20). Esto mismo lo puede decir todo aquel que hospeda el Evangelio en sus entrañas. (Antonio Pavía-Misionero Comboniano) |
Jn 20,10-23 "Recibid el Espíritu Santo...como el Padre me envió yo os envío a vosotros" Hoy celebramos Pentecostés, el envío por parte de Jesús, del Espíritu Santo a sus discípulos. Fijémonos que en las aguas del Jordán el Espíritu Santo se posó sobre Jesús y fue por ello que pudo llevar a cabo la misión con la que su Padre le envíó al mundo. Es decir que para cumplirla tuvo que ser revestido de la Fuerza y Sabiduría de lo alto, pues bien, solo desde esta misma Fuerza y Sabiduría,no entro en detalles de intensidad, Jesús envía a sus discípulos a Anunciar el Evangelio por el mundo. Los discípulos de Jesús no son dechados de heroísmo ni de generosidad. Estas " virtudes" tienen su desgaste que terminan por arrojarnos a la mediocridad sutilmente consentida. Los discípulos de Jesús se apoyan en la Fuerza y Sabiduría que les confiere su Señor y Maestro, por eso anuncian sin dar lecciones a nadie. Su Llibertad interior y exterior asombra a ricos y a pobres... se abren a todos sin atarse a nadie. No es fácil que el mundo les acepte, su insumisión a sus cánones solivianta a los que han renunciado a su lugar junto a Dios (Jn 14,3). Pentecostés: La Fuerza y Sabiduría de Dios al servicio de quien quiera ser discípulo del Señor Jesús. ¡Si! mucho tenemos que celebrar hoy los que haciendo caso omiso de nuestra debilidad nos hemos embarcado en esta Llamada-Epopeya de la Vida.
Antonio Pavía.-Misionero Comboniano comunidadmariamadreapostoles.com |
(Mc 16,15-20).- No parece que sea una buena opción, invertir la riqueza de nuestra vida en un fondo tan volátil como es la precariedad. Este salmista nos habla de ella: "El hombre no dura más que un soplo ante Tí; pasa como una sombra, por solo un soplo se afana" (Sl 39,6..). Se trata de escoger entre soplos de vida, o de hacernos con la Vida que Jesús nos ofeece y la puede ofrecer porque la tiene en sí mismo: "Igual que el Padre tiene la Vida en sí mismo, también ha dado al Hijo tener la Vida en sí mismo" (Jn 5,26). La tiene y la da a sus discípulos, que llegamos a serlo por guardar sus palabras. El Evangelio en nuestro interior (Jn 14,23). Hoy celebramos la Ascensión del Señor Jesús al Padre, con su consiguiente victoria sobre la muerte.Si solo le atañera a El, no tendríamos nada que celebrar ,la cuestión es que ¡sí nos atañe! porque su Ascensión y Victoria, son nuestra Ascensión y Victoria. "El que escucha mi Palabra...tiene Vida eterna y no incurre en juicio..."(Jn 5,24).
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Jn 15,9-17.- Dice Jesús: "Ya no os llamo siervos porque los siervos no saben lo que hace su amo, os llamo amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer". Este anuncio supone un salto cualitativo en la relación del hombre con Dios. Existe la relación de siervo, en la que a éste solo le preocupa quedar bien con su amo pero su corazón está lejos de él y la relación de amigos, que es como llama Jesús a sus discípulos. Para entender mejor esto, sepamos que en la Escritura la palabra amigo significa "mi otro yo". Seguimos partiendo la alocución de Jesús y nos sobrecoge al oír porqué razón llama amigos a los suyos y es porque así como su relación con su Padre está tejida por las palabras que El le habla y que componen el Evangelio, así es su relación con ellos al anunciarles las mismas palabras. Es por eso que al aparecerse a María Magdalena al resucitar, la da este encargo para sus discípulos...los de todos los tiempos : "Vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" Jn 20,17
(Por el P. Antonio Pavía) |
Jn 15,1-8 Yo soy la Vid, vosotros mis sarmientos dice el Señor en el Evangelio de hoy. Solo a tí te toca comprobar si esto es verdad y se cumple, o no es más que una fábula de un embaucador.. así llamaron a Jesús los fariseos (Jn 7,47).
Si Jesús es el Hijo De Dios, tenemos en nuestras manos la respuesta al problema que ha golpeado sin cesar a todo hombre de toda época, creencia y cultura: la Soledad. Por muy amplia y rica que sea nuestra proyección vital, si está enmarcada en los límites de lo visible, empíricamente llega un día en que éstos nos atosigan con su animal más dañino, la Soledad. No me refiero a la soledad física sino a la insufrible soledad de un alma inhabitada. Un alma que no es tocada, palpada por el Invisible, languidece poco a poco. El Evangelio de hoy abre una amplia puerta a la compañía que rompe toda soledad. Personalizamos las palabras del Hijo de Dios..Yo soy la Vid y tú mi Sarmiento, permanece en mí y yo en ti. Como vemos, Jesús no se impone, se pone a nuestra disposición. |
Jesús nos dice en este Evangelio que es el Buen Pastor que da su vida por las ovejas. Es oportuno puntualizar que si bien hay y ha habido en la historia multitud de personas que han dado su vida por los demás, éstos la disfrutaron durante un periodo de tiempo, lo que no quita nada la enorme grandeza de sus benefactores. Sin embargo, Jesús, porque tiene la vida en sí mismo, ( Jn 5,26) al dárnosla nos eleva triunfantes por encima de la muerte. Al entregarse, sabiendo que la daba con el poder de recobrarla de nuevo, tal y como lo oímos hoy, aplastó el estigma de la muerte. Sí, nos da la vida sin fecha de caducidad. Su Evangelio contiene "Palabras de Vida Eterna" como confesó Pedro (Jn 6,68) es por eso que quien las guarda dentro de sí.. "ya ha pasado de la muerte a la vida" (Jn 5,24)
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Nos dice Lucas que Jesús resucitado abrió el entendimiento- en el lenguaje bíblico significa el corazón- de sus discípulos para que pudiesen entender las Escrituras. No se trata de un conocimiento académico sino de una sabiduría interior que emana de la Sabiduría de Dios. Quien la recibe es inmune a toda vanagloria, pues ha recibido una gracia no un máster bíblico. Es la Sabiduría que Jesús da a los que creen en su Evangelio y que es capaz de crear el discipulado, fidelidad incluída. Aspirar a esta Sabiduría es aspirar a Vivir (Dt 32,45-47).
Al abrir sus corazones a la Palabra, está, como dice Pablo, "abriendo sus ojos interiores" (Ef 1,17-18). De este modo tenemos acceso al Innacesible, Dios y su Misterio. Supone pues un salto cualitativo, pues ya no es sólo creer que Dios exista, sino saber quién es y quién es para tí: tu Padre. |
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(Jn 20,19-31) CATEQUESIS: JESÚS LES QUITÓ SUS MIEDOS.- Los Apóstoles están en el Cenáculo cerrados a cal y canto por miedo a los judíos.La noticia de la resurrección de Jesús corte de boca en boca y temen sus represalias, saben que están en el ojo del huracán. La angustia hace presa en ellos y no se creen mucho eso que les dijo el Señor que su vida era más valioso ante el Padre que las aves del cielo..Mt 6,26..En plena zozobra se presenta Jesús ante ellos con unas palabras y un gesto.Las palabras,la Paz con vosotros.Os la puedo dar porque como os anuncie; he vencido al mundo Jn 16,33.A continuación el gesto.Les mostró las manos traspasadas y el costado abierto, es decir las heridas con las que había comprado nuestra libertad ya que Satanás al someternos nos deja malheridos y solos frente a todo lo que nos limita y que los años se encargan de recordarnos.Sus heridas nos han curado profetizó Isaías Is 53,5..nos han rescatado proclamó Pedro 1 P 1,12-14. Y todo gratuitamente como adelanto el salmista " Nada tendrán que pagar los que se cobijan en Dios " SL 34,23. Efectivamente.nada todo lo pago El Señor.
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Mc 14,1 - 15,47 .- CATEQUESIS: ¡DIOS MÍO! ¿PORQUE ME HAS ABANDONADO?.- Todos vivimos alguna vez y por diversas causas la angustia febril de la desesperación. El Evangelio de hoy, que proclama la Pasión y muerte del Señor Jesús, nos indica que ninguna de nuestras situaciones límite le es ajena. Relegado a lo más abyecto donde puede ser arrojado un hombre; suspendido entre el cielo y la tierra, Jesús se apropió de las entrañas dolientes de todo hombre y las hizo llegar al Padre al grito de ¡Dios mío! ¿Porqué me has abandonado? Su grito fue iluminado con la Luz del Padre que convirtió su desesperación en Gloria. No estoy postulando nada. Digo que se llenó de Gloria porque no fueron éstas las últimas palabras del Crucificado...sus últimas palabras fueron: ¡Padre en tus manos encomiendo mi espíritu! He ahí su proclamación victoriosa sobre el Príncipe de las Tinieblas, su carta victoriosa sobre todas las cartas de desesperación con las que nos amedrenta cuando flaquea nuestra entereza. Jesús, el Señor, entregó su Vida al tiempo que vivificó nuestro espíritu, para hacernos partícipes de su Victoria. Gracias a Él y a su Victoria todos estamos en condiciones de proclamar: ¡Padre...cuida mi espíritu..! y sobretodo poder decir al final de nuestro camino: ¡En tus manos encomiendo mi espíritu!
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Jn 12,20 -33 Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto dice Jesús. A un grano de trigo no se le pregunta si desea que lo arrojen en la tierra para dar fruto.. a nosotros sí. Jesus nos pregunta si queremos poner nuestra voluntad debajo de la Voluntad de Dios con la única garantía del mismo Dios que te promete que su Voluntad es buena para tí, para tu realización como persona. Solo desde una amplitud de miras podremos atisbar que la propuesta de Jesús es excepcionalmente buena. La vida que nos vino de nuestros padres, tiene un mayor o menor ciclo vital enmarcado en unos límites. La que acompaña a la propuesta de Jesús se llama Vida. Al aceptar ser grano de trigo ¡Tú mismo eres el fruto eterno! Ser grano de trigo, no supone desertar de ninguna de tus potencialidades, al contrario las eleva a su máxima plenitud que es: Estar y Vivir por siempre en Dios.
(P. Antonio Pavía) |
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Catequesis: Jn 3,14-21 "Nadie te ama como Él".- Nos dice hoy el Evangelio que Dios amó tanto al mundo que entregó a su propio Hijo, no para juzgar al mundo sino para salvarlo. El anuncio, siendo de por sí impactante, nos sume en la más absoluta perplejidad al considerar que por su parte Jesús se dejó entregar, es decir que se dejó despojar de la vida, que la dió voluntariamente como Él mismo proclamó Jn 10,17-18. La lectura de su Pasión lo confirma. Se dejó entregar en la Última Cena por Judas justo después de proclamar: "Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros..". Horas después, se sometió al veredicto del pueblo acerca de quién era más digno de conservar la vida: Él o Barrabás. El pueblo consideró más digno al asesino, por lo que Pilato soltó a Barrabás y le entregó a Jesús para que lo crucificaran .MC 15,15. Esto es el Amor. Podemos dejar que pase de largo, pero que sepamos que es el Amor que jamás muere.
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Jn 2,12-15 CATEQUESIS : ¿A quien escuchas tú? Hoy el Evangelio nos dice que Jesús entró en el Templo, Casa de Encuentro del hombre con Dios, y ve con dolor que no hay tal Encuentro pues los israelitas, poniéndose de perfil ante la Palabra, han reducido su relación con Dios a un culto a base de sacrificios que han convertido el Templo en una especie de centro de mercadeo.
Jesús expulsa a todos: a los que compraban y a los que vendían. Detrás de este gesto está la relación de todo hombre con Dios. Necesitamos una Tienda de Encuentro en nuestro interior iluminada por la Palabra. El problema es que Adán y Eva escogieron las palabras del Tentador que solo valen para salir del paso. Ante tal falta de discernimiento para saber escoger, Dios-Palabra se hizo hombre y.. dejamos hablar a Juan: ".. puso su Tienda entre nosotros" Jn 1,14. Ahora ya estamos en condiciones de escoger qué tienda queremos.. la que está siempre vacía o la Tienda de Encuentro preparada por el Hijo de Dios con su Evangelio para quien la quiera. |
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Mc 9,2-9 La trasfiguración y la venida de Elías CATEQUESIS TÚ ERES MI HIJO AMADO.- Escuchad a mi Hijo dijo Dios a Pedro Santiago y a Juan en el monte Tabor. Es una exhortación sin ningún tinte moral, una invitación para que la Encarnación alcance su plenitud en el hombre. Escuchar a Jesús en su Evangelio nos abre al imposible y no hay mayor imposible que un mortal llegue a ser hijo de Dios. Pedro, uno de los testigos del Tabor, en su primera carta a la primitiva cristiandad les y nos hace saber que hemos sido reengendrados de un germen no corruptible sino incorruptible... ¡del mismo Dios! por medio de su Palabra viva y permanente: El Evangelio (1 P l 23-25) ¡Escuchadle!,tronó la Voz en el monte. Él es mi Palabra que se sobrepone a toda coacción moral que a todos viene pequeña. ¡Escuchad su Evangelio!, de sus entrañas emanan mi Fuerza y Sabiduría...y Jesús dirá a quienes quieran ser sus discípulos: Escuchadme, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.(Jn 8,31-32)... El Evangelio no os hará impecables pero sí libres para volver a volar.
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Marcos 1,12-15 EL VENDEDOR DE HUMO.- El Evangelio del primer domingo de Cuaresma nos presenta la triple tentación que Satanás, experto vendedor de humo, susurra al oído de Jesús. Nos centramos en la tercera: Si me adoras te daré toda la gloria del mundo. Quizás pensemos que sea una tentación más fantasiosa que real, pero si leemos atentamente el Evangelio vemos que es esa inclinación por "una gloria a ras de tierra" lo que se interpone entre el hombre y el Hijo de Dios. Recordemos lo que dijo a los fariseos: "¿Cómo podéis creer, vosotros que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la que viene de Dios? Jn 5,44". Incluso después de resucitar a Lázaro, Juan comenta que la flor y nata de Jerusalén, aún creyendo en Jesús, le dieron la espalda porque prefirieron la gloria de los hombres a la de Dios Jn 12,42-43. Han pasado bastantes siglos y el vendedor de humo sigue ofreciendo su gloria que se puede ver, tocar y palpar .. pues está a ras de tierra antes que la Gloria Inmortal.
Solo una lectura pasionalmente amorosa del Evangelio nos posibilitaría ver, tocar y palpar la Gloria que nos pertenece y escogerla |
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Mc 1, 40-45 Curación de un leproso - CATEQUESIS: SEÑOR, SI QUIERES PUEDES LIMPIARME.-Un leproso se acerca suplicante a Jesús: ¡Si quieres puedes limpiarme! Tengamos en cuenta que la lepra en La Escritura simboliza la impureza de corazón. Este grito del leproso nos recuerda al de David ante su adulterio y asesinato: Señor crea en mi un corazón puro Sl 51,12. Jesús dice al leproso.. ¡Claro que quiero, para eso he venido al mundo, para sanear y limpiar vuestros corazones!. Esta es la actitud de Jesús ante quien se le acerca para que levante su vida un tanto deshecha. El que así busca al Hijo de Dios ve asombrado como cumple en él una de sus promesas más fascinantes: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.Mt 5,8."
San Agustín nos la interpreta catequéticamente así: "Tengamos por cierto que los limpios de corazón son los que ven a Dios, conocen su voluntad, escuchan su Voz, interpretan su Palabra..." |
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Mc 1,29-39 Curación de la suegra de Simón. CATEQUESIS: COMO Y PORQUÉ REZABA JESÚS.- Hoy vemos a Jesús que sale al amanecer de la casa de Pedro para rezar. Nos preguntamos como rezaría. No creo que rezase porque era "lo que tocaba" según su programa. Jesús va junto al Padre porque le necesita...necesita sus palabras llenas de Vida y Fortaleza para poder llevar adelante su misión; las pruebas se multiplican, el pueblo, tan ufano de su elección, ha banalizado por completo su relación con Dios.. sus cumplimientos son una mascarada...y descargan sus frustraciones sobre Él. Por eso va al Padre...para que le sostenga en una misión que, bien lo sabe, le llevará al Calvario. La oración no es una evasión sino que es la razón de su fidelidad. A los que queremos seguirle, nos dice: "Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres." Jn 8,31-32
(Antonio Pavía) |
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Marcos 1, 21-28 CATEQUESIS: ¿HAY ALGO ENTRE TÚ Y JESÚS?.-En este Evangelio, vemos a Jesús predicando en la sinagoga de Cafarnaún. A un cierto momento y ante la Fuerza y la Luz que emanan sus palabras, un demonio que estaba bien asentado en uno de sus oyentes a voz en grito elevó sus protestas; inmediatamente Jesus le expulsó. Como he dicho, este demonio estaba bien instalado en este hombre al que no le importaba mucho y al que ni le cuestionaba su vida. Este conformarse a los dictados de Satanás somete al hombre hasta tal punto, que como confiesa Pablo de si mismo, le induce a hacer lo que no querría (Rm7,14..) Esta situación anómala tiene sus días contados para quienes deciden emprender el camino del discipulado abrazándose al Evangelio. No son mejores que nadie ni tienen esa pretensión pero saben que la Palabra, que primero escuchan y después acogen, permanece operante en sus entrañas como dice Pablo (1 Ts 2,13) Operante, es decir que trabaja en ellos dándoles la Fuerza y Sabiduría propia de Dios. Solamente así se puede llegar a ser discípulo del Señor Jesús.
(por el padre Antonio Pavía) |
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CATEQUESIS.- NO HAY CONVERSIÓN SIN EL EVANGELIO.- Las sorpresas que el Señor Jesús tiene preparadas para en su momento engancharnos a Él, son tan originales como inestimables. Hoy vemos que ofrece a Pedro y Andrés una imposible de llevar a cabo: Venid conmigo y os haré llegar a ser pescadores de hombres. Está asociando a estos hombres a su misión: rescatar a la Humanidad del poderío de Satanás, simbolizado en el mar. Bien saben Pedro y Andrés que están a años luz de la propuesta de Jesús, pero como saben escuchar, han oído que será Él quien les haga ser... Entendieron que seguirle para ser sus discípulos no era cuestión de hacer, sino de "dejarse hacer" por Él. Por eso, dejándolo todo, le siguieron...
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