El Evangelio de hoy cierra con esta exhortacion inequívoca de Jesus:
"No podéis servir a Dios y al Dinero" Analizamos catequéticamente estas palabras del Hijo de Dios, a la luz de la pregunta que Él hizo en una ocasión a sus discípulos .. Vosotros ¿Quien decís que soy yo?. Pedro iluminado por el Padre respondió: ¡Tu eres el Hijo de Dios vivo!. La profesión de fe de Pedro, no puede ser más acertada y los que queremos llegar a ser Discípulos de Jesus, la hacemos nuestra, sin embargo no deja de ser una profesión hecha con la boca, para ser verídica la debe de acompañar la profesión de fe del corazón. Solo desde el corazón podremos saber a quién servimos-adoramos, si a Dios o al Dinero. Una luz que puede iluminar quien es el Dios de nuestro corazón, nos la da el mundo cercano a nuestra vida.. Son las personas que bien nos conocen los que perciben quién es nuestro Verdadero Dios.. Si el Dios Vivo, Padre de Jesús, o el Dios Muerto que es el Dinero... en este punto, los que nos rodean no suelen equivocarse acerca de a quien adoramos realmente, los que decimos que creemos en Dios. |
(Lc 3,10-18)
El pasado Domingo, Juan Bautista nos invitaba a preparar el camino al Señor y el Evangelio de hoy se abre con ésta pregunta que los judíos le hicieron: ¿Que hemos de hacer para preparar el camino al Señor que viene a nuestro encuentro?Cómo acogerle con esta realidad nuestra tan desajustada y a veces traumatizada?Juan tiene clara la respuesta y no se anda con rodeos, sabe bien que todo hombre que quiera encontrarse con Dios debe discernir a qué Dios escoge: si al Dios Vivo o al Dios muerto, al Dinero, por eso les dice: " El que tenga dos túnicas dé una a quien no tiene, el que..." Jesús es totalmente explícito a este respecto: "No podéis servir a Dios y al Dinero" (Mt 6,24) Para que nuestra elección no se reduzca a un simple titular documental, hemos acoger el Evangelio como es..y no pasarlo por el aro de nuestras tibiezas. Me explico; el que piense que el Evangelio de Jesús está lleno de exigencias, es un pobre hombre que no ha entendido nada ni del Evangelio ni de Jesús, el Hijo De Dios. Un discípulo de Jesús, alcanza la libertad para disponer de parte de sus bienes en favor de los pobres..y lo hace sin que le dé una úlcera de estómago, como a los avaros. Un discípulo de Jesús, sabe que está haciendo la mejor inversión de su vida, inversión de la que ya disfruta en su paso por el mundo. Se llama: Sabiduría. |
Mc 4, 26-34 Homilía de la Misa del fin de curso catequético.- Jesús compara el Reino de Dios a la semilla que un labrador siembra en la tierra. La semilla como sabemos simboliza la Palabra De Dios (Lc 8,11). Conforme crece en nosotros, crece nuestra pertenencia a Dios. Crecemos gracias a la Fuerza y Vitalidad de la Palabra y esto es lo que marca su diferencia abismal con la ley; ésta te dice lo que es moralmente bueno pero te deja indefenso ante su cumplimiento. La Palabra, que insisto, es portadora de la Fuerza De Dios, lleva a cabo en quien a ella se abraza, el mayor de los milagros: El Discipulado. No quiere decir esto que quien acoge el Evangelio de Jesús crezca "pasivamente" como discípulo. Debe de velar solícitamente por su corazón como tierra que acoje el Evangelio, y limpiarlo de abrojos, piedras, parásitos,.. que podrían dejar sin fruto la semilla. Dios es libertad, y el Evangelio de su Hijo es la expresión máxima de ella. El llamado al discipulado debe de echar mano de su libertad interior a fin de que los depredadores de la semilla que ya hemos señalado, no terminen por sofocarla como dice Jesús en este pasaje ( Lc 8,13-14).
(Antonio Pavía-Misionero comboniano) |
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