Cuando Dios afirma respecto de alguien que tiene un corazón según el suyo, no le está confiriendo una especie de título honorífico, está afirmando que ha alcanzado la actitud e idoneidad para hacer su voluntad. Por increíble que parezca, es como si Dios le dijera: “Eres de fiar, te encomiendo esta misión”.
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2.-UN HOMBRE SEGÚN SU CORAZÓN
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